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El ex piloto oficial de Volkswagen y Toyota Jari-Matti Latvala ha realizado una entrevista al blog WRC Wings en el cual comenta varios temas de interés, en especial sobre el Volkswagen Polo GTI WRC que debía debutar en 2017. También realiza comparaciones entre este coche y el que acabaría pilotando hasta 2019, el Toyota Yaris WRC.
Latvala, junto a Sébastien Ogier y Andreas Mikkelsen, formaba parte del equipo de Wolfsburg que había dominado con mano de hierro el Campeonato Mundial de Rallyes entre 2013 y 2016. Para 2017 llegaron a desarrollar un nuevo Polo acorde al cambio de normativa con más potencia, diferencial central y, sobre todo, un nuevo paquete aerodinámico mucho más agresivo que iba a marcar una gran diferencia en el comportamiento del coche en curvas.
Por desgracia, el Dieselgate fue el causante de que la junta directiva, apenas unas horas después del Rallye de Gales, decidiera terminar con el programa (pese a que la idea era al menos seguir hasta 2019) y marcharse del WRC como equipo oficial, dejando el Polo GTI WRC en coche de prototipo sin completarse el proceso de homologación y sin conocerse si seguiría siendo un coche dominador frente a sus rivales en Hyundai, Toyota, Citroën y M-Sport. No se marcharon del todo de los rallyes dado que expandieron su programa de carreras cliente a esta disciplina, dedicando año y medio al desarrollo del Volkswagen Polo GTI R5 de la categoría Rally2.
“El coche hubiera sido muy, muy rápido en asfalto, mejor en asfalto que en tierra. En términos de equilibrio era un coche de asfalto muy bueno, tenía mejor rendimiento en asfalto ya que estaba más pegado al suelo. Al final era fácil de llevar ya que podías ganar confianza con los niveles de agarre en el asfalto”, declaró Latvala en la entrevista al blog WRC Wings.
“A nivel de aerodinámica, el coche era quizás un poco más conservador, no tan fuerte como el Yaris que es mucho más pequeño. La aerodinámica en las carreteras más pequeñas era menor en el Polo que en el Yaris. No sabría decir por qué era más conservador. Querían evitar que si se dañara algo no afectase demasiado al equilibrio del coche”, añadió Latvala.
“Al principio (en los primeros test con el Toyota a finales de 2016) notaba que el motor en el Yaris estaba en un nivel muy bueno, muy cercano al Polo en ese momento, absolutamente al mismo nivel. Entonces, cuando empezamos a hacer más test me di cuenta de que la aerodinámica tenía más efecto en el coche. Diría que el Polo tendía más a sobrevirar, había más agarre en la trasera del Yaris. Venía del alerón trasero, que calmaba la zaga del coche”, concluyó el finés.