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WRC
 

Guía explicativa sobre diferentes clases y categorías de coches de rallyes

En este resumen se explican las distintas clases de coches compitiendo en la actualidad

14/04/2015 | David Durán | Fotos: Press | Leído: 51011

Twitter (@TheDDuran)


Hace ya más de dos años que entró en vigor las regulaciones de coche de rallyes conocidas como Grupo R, con la cual se reorganizaban las distintas categorías presentes tanto en competiciones nacionales como internacionales. Todos los coches homologados a partir de 2013 han tomado esta normativa y los ya existentes hasta la fecha han sido recolocados según sus datos técnicos.
 

Teniendo en cuenta el cambio que ello ha supuesto, así como la dificultad que puede comprender para un público no iniciado en la materia, aquí queda para disposición de todo aquél que lo desee una guía en la que se pueda comprender las nociones básicas de lo que uno puede encontrarse en un tramo. Los primeros en mencionar serán los más similares a lo que se puede encontrar en la calle, terminando por la cúspide…incluyendo además algunos coches especiales.
 

R1:

 

La diferencia entre un coche urbano normal y corriente y los R1 reside sobre todo en la instalación de las medidas de seguridad de la FIA (barra antivuelco y jaula de seguridad instalada tras los asientos delanteros), además de algunos ajustes a la suspensión, el freno de mano y los neumáticos. Su peso mínimo, según Motorpasión, es de 980 kilogramos para los R1A y 1.030 para los R1B. No pasan de 1.600 centímetros cúbicos y no utilizan ni turbo ni caja de cambios secuencial. Dos ejemplos de esta categoría son el Ford Fiesta R1 – utilizado en el último Rallye de Irlanda por el actor de Hollywood Idris Elba – o el Citroën DS3 R1.
 

R2:


 

Entre las fórmulas de promoción, los R2 (pertenecientes a la categoría RC4) son de las que están teniendo mayor éxito a nivel mundial. Su máximo de cilindrada es hasta 2.000 centímetros cúbicos, desarrollan una potencia de entre 170 y 180 caballos y destacan por su agilidad y manejo. Tres de los referentes son el Opel Adam R2 – con el que compiten Esteban Vallín y Ángela Vilariño en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto – el Peugeot 208 R2 como el que José Antonio ‘Cohete’ Suárez utiliza en la 208 Cup francesa y, sobre todo, el Ford Fiesta R2, utilizado en la copa monomarca Drive DMACK Fiesta Trophy, que viaja junto con el WRC. Max Vatanen, Yeray Lemes o Sander Pärn son algunas de las muchas manos que se han adiestrado en la criatura de M-Sport, cuya nueva unidad monta un 1.0 EcoBoost turboalimentado.
 

R3:
 
 

Los protagonistas de la categoría RC3 constituyen otro panorama interesante: el salto a los 240 caballos, tracción delantera o trasera – como es el caso del nuevo Toyota GT86 CS-R3 – y la posibilidad de ser motores turboalimentados hacen de estos coches otro escaparate de interés para las grandes marcas. Como ocurre con los R2, también son buenos vehículos para categorías monomarca, pues sucede tanto con el GT86 CS-R3 con el también reciente Renault Clio R3T. Con su peso mínimo de 1.080 kilogramos y con la posibilidad de montar hasta un 2.000, su efectividad tanto en asfalto como en tierra les convierte en un arma tan efectiva como económica: los precios rondan en torno a los 80.000 euros. Además de los dos ejemplos mencionados, el Citroën DS3 R3T, utilizado a día de hoy en el Junior WRC, es una de las opciones más vistas y competitivas en esta categoría.
 

R4:

 

Lo que se conocía antaño como Grupo N (si bien algunas variantes como los N3 siguen participando en pruebas de nivel nacional) encontró su hueco en la clase R4, en la que compiten sin tener que enfrentarse con los bólidos de la categoría RC2 (que incluye los S2000, R5 y RRC). Los Mitsubishi Lancer Evolution IX y X, así como sus clásicos rivales Subaru Impreza WRX STi – en sus diferentes versiones – continúan dando guerra por tramos nacionales e internacionales con sus motores turboalimentados, tracción total y cerca de 300 caballos de potencia – si bien varios de sus componentes no evolucionan mucho con respecto a las versiones de calle. En la actualidad mantienen su protagonismo tanto en la categoría ERC2 (anteriormente Copa de Producción) como en el Campeonato de España de Rallyes de Tierra, donde el Lancer Evo X es la referencia a seguir con su versión R4, N+ o incluso en la versión Proto, más evolucionada.

Grupo N:      

 


Clase fundada en 1982 para sustituir a los viejos Grupo 1, estos coches han sido modificados para la competición pero manteniendo un alto porcentaje de elementos disponibles en las versiones de calle. Si bien hay vehículos históricos podrían considerarse como Grupo N, la categoría como tal se ha mantenido vigente hasta 2013, cuando ha sido sustituida a la normativa de los Grupo R. Además de los Lancer e Impreza, otros ejemplos a destacar de esta categoría son el Renault Mégane RS N4 o el nuevo Toyota Aygo de la Copa Kobe, que figura como vehículo N3 para el CERT, ya que la normativa de Grupo N se mantiene en activo en certámenes de nivel nacional en países como España.
 

S1600:

 


Se trata de una categoría con capacidad de promoción para jóvenes pilotos con mayor antigüedad que la R2 o la R3 – cercano en prestaciones a los R2 en el hecho de ser vehículos de tracción delantera y a los R3 por potencia. La caja de cambios de serie se modifica por una secuencial y su potencia máxima permitida es de 230 caballos. Hasta la llegada de los R3 eran los vehículos utilizados en el Junior WRC – el vigente campeón mundial Sébastien Ogier comenzó a hacer ruido a nivel mundial con un Citroën C2 S1600. Otros vehículos de referencia de esta categoría son el Renault Clio S1600 o el Suzuki Swift, utilizado con respaldo de Suzuki Ibérica en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto (CERA) y conducido en la actualidad por los pilotos del equipo oficial Suzuki Repsol Gorka Antxustegi, Joan Vinyes y Santiago Cañizares – además de las unidades que compiten en la Copa Suzuki Swift.
 

S2000:


 

Estos vehículos se encuentran en estos momentos al borde de su vida útil, ya que han sido reemplazados y superados por los más modernos y rápidos R5. Pese a ello, son más que capaces de lograr scratch y victorias en las manos apropiadas, como ocurre con el Skoda Fabia S2000 y sus cincuenta títulos logrados en sus seis años en activo. Son los sucesores naturales de la antigua clase S1600, con 280 caballos con un motor 2.0 atmosférico y tracción a las cuatro ruedas. Su precio supera los 100.000 euros, similar al de los actuales R5. Además del laureado Fabia, el Peugeot 207 S2000 o el Ford Fiesta S2000 son también ejemplos destacables, siendo este último ganador de dos pruebas en WRC2 el pasado año – ambas con Karl Kruuda al volante.
 

RGT:
 
 

Estos son los bólidos que, al verlos uno rugiendo en un tramo, pensaría que se ha equivocado – bien el espectador o el piloto – y ha acabado en un circuito camuflado. Estos deportivos modificados para ser competitivos en terrenos tan angostos como puertos de montaña o incluso terrenos nevados son algunos de los más espectaculares de la actualidad, además de ser los claros dominadores del CERA en los últimos años. Sin límite de cilindrada (aunque con una brida de restricción del turbo) y más de 300 caballos, son a menudo un arma a tener en cuenta incluso en pruebas internacionales, aunque la normativa de la FIA les impide ser competidores serios a los WRC. Los Porsche 997 GT3 RS Cup Rallye (tanto en su versión 2008 como la 2010) de Miguel Fuster, Sergio Vallejo, François Delecour o Romain Dumas (si bien es necesario apuntar que la regulación española de los GT y la internacional difieren en algunos puntos) son claros ejemplos de su potencia, aunque existen otros ejemplos como el Ferrari 360 Rallye o el Lotus Exige 260 R.
 

R5:

 

La antesala de los WRC son estos vehículos, con capacidades más que similares a la categoría reina pero con 20 caballos menos y, por normativa, un número significante de piezas presentes en el modelo de calle. El peso mínimo y el ancho son iguales a sus hermanos mayores, si bien su coste es menor y es capaz de competir contra los S2000 y los RRC. Los tres ejemplos principales son el Peugeot 208 T16 R5, el Citroën DS3 R5 y el Ford Fiesta R5, del cual se han distribuido más de un centenar de unidades desde su estreno en junio de 2013. En este mes de abril ha llegado al mundo el Skoda Fabia R5, sucesor del Fabia S2000 y cuyo potencial es aún una incógnita, pero del que se esperan grandes resultados.
 

RRC:

 

El paso intermedio antes de llegar a los WRC, los Regional Rallye Car comparten tantos puntos en común con la categoría máxima que en cuestión de horas se puede modificar un RRC para convertirlo en un WRC. Utilizan un motor 1.6 turboalimentado y una brida de 30 milímetros, participando con éxito en WRC2 o el ERC – aunque su legalidad está en el aire ante la necesidad de abaratar costes, ya que los RRC resultan bastante costosos frente a los R5, si bien su rendimiento en zonas lentas es muy superior. Los ejemplos en este caso son el Ford Fiesta RRC – como el que utiliza a menudo Nasser Al-Attiyah –, Citroën DS3 RRC o el MINI John Cooper Works RRC.
 

WRC:

 

En activo desde 1997, los WRC actuales utilizan un motor 1.6 turboalimentado, en lugar de los 2.0 turbo que se utilizaban hasta 2010. Su brida está ajustada a 34 milímetros según la normativa de la FIA y ronda (a menudo supera) los 300 caballos. Su rendimiento aerodinámico es también superior al resto de categorías, además de contar con menos piezas en común con sus homólogos de serie. Los modelos utilizados en la actualidad son el Volkswagen Polo R WRC, Ford Fiesta RS WRC, Citroën DS3 WRC, Hyundai i20 WRC – cuya nueva versión, en estos momentos en pruebas, está prevista para 2016 – y, hasta 2013, el MINI John Cooper Works WRC como el que utiliza Luis Monzón en algunas pruebas sueltas del calendario español. Toyota también está preparando una versión WRC del Yaris actual, el cual debutará en el año 2017.
 

También cabe destacar una clase de vehículo que, como los RRC o R5, también se engloban dentro de la categoría RC2: los Maxi Rally, utilizados en el campeonato nacional argentino, que utilizan una normativa singular: un 2.4 atmosférico que genera 285 caballos, que junto una suspensión y jaula antivuelco similar a la de los WRC, generan bastante espectáculo, además de ser interesante para diferentes marcas como Citroën, Renault, Peugeot, Ford, Fiat, Volkswagen, Audi o Chevrolet.
 

Históricos:

 

Como su nombre indica, las viejas glorias que sigan estando aún en funcionamiento tienen su hueco en certámenes pensados para ellos, tanto a nivel regional, nacional o internacional. A menudo se divide por épocas o por categorías, de manera que compiten los viejos A6 (Citroën Saxo, Peugeot 106) entre ellos mientras que por delante los Grupo A (Lancia Delta HF Integrale, Ford Sierra Cosworth) reviven batallas de los ochenta y noventa.
 

Aunque rara vez son vistos debido a sus costes de mantenimiento, los Grupo B son también dignos de mención: entre 350 y 500 caballos de potencia con turbo y/o supercharger con tecnología punta de mediados de los ochenta son algunas de las características de unos verdaderos monstruos del asfalto, prohibidos por la FIA tras el aciago Tour de Córcega de 1986 (donde Henri Toivonen y Sergio Cresto perdieron la vida al volante del Lancia Delta S4).
 

Rallycross:
 
 

Esta modalidad, presente desde hace décadas, está en auge en la actualidad gracias a su bajo coste – incluso más barato que jugar al golf. Esta mezcla de circuito y rallye, donde varios coches realizan una carrera de unas cinco vueltas a ritmo de sprint, cuenta en la actualidad con un campeonato mundial, siendo el vigente campeón el noruego Petter Solberg.
 

Además de los rallycross históricos – Grupo B y Grupo A reconvertidos como el Ford RS200 o el Mazda 323 – en la actualidad aparecen cuatro categorías:
 

-       RX Lites: Vehículo único basado en el Ford Fiesta. 2.400, 310 caballos y 300 Nm de par. Mínimo de peso de 1.100 kilogramos

-       Touring Car: Turismos como el Mazda RX-8 o el Saab 9-3 modificados para competir en este tipo de circuitos – también en aspectos de seguridad, ya que el contacto en Rallycross es muy frecuente.

-       Super1600: Categoría junior en la que pilotos jóvenes muestran sus habilidades en pruebas teloneras a los Supercar.

-       Supercar: Con 600 caballos y 900 Nm de par motor, son capaces de pasar de 0 a 100 km/h en menos de dos segundos. Según Tanner Foust, participante del mundial, su aceleración desde parado llega al nivel de un Fórmula Uno.
 

A grandes rasgos, estos son los protagonistas que un espectador podrá ver compitiendo en los tramos. En otro tipo de pruebas (como las subidas de montaña, sin ir más lejos), también aparecen otros vehículos como los Speedcar o los Proto, coches ligeros con motores derivados de motocicletas deportivas cuya relación peso-potencia les confiere una agilidad inusual sobre asfalto, capaces de desbancar incluso a los GT en algunos escenarios.
 

Sobre todo, espero que todo aquél que consulte esta guía la disfrute y la encuentre de utilidad de cara al futuro – pues también se dedica al que apenas se ha iniciado en esta disciplina, para que de este modo tenga un punto de referencia por el que comenzar a comprender la pasión que encierra el deporte de las cuatro ruedas.




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