Emil Lindholm y Reeta Hämäläinen llegaban al Rally de Japón como principales candidatos a hacerse con el título de WRC2, ya que dependían de si mismos para conseguirlo.
Todo se les puso de cara desde el inicio, cuando en el primer tramo de la etapa del viernes su principal rival, Kajetanowicz, se veía obligado a abandonar tras un fuerte accidente. Con Mikkelsen en casa y Kajetanowicz fuera de la prueba por accidente, Lindholm tenía en sus manos la oportunidad de proclamarse campeón de su categoría, ya que un Top5 final le valdría para hacerse con el título.
Con todo ello, los finlandeses siguieron empujando, haciéndose con cuatro mejores tiempos en los seis tramos de la jornada del sábado, lo que les aupaba a la primera posición de WRC2 con una renta de casi 45" respecto a Suninen, segundo clasificado.
Pero en la jornada del domingo todo cambió. Con la llegada de la lluvia para los dos últimos tramos de la prueba, y de la temporada, hacían de este final de rally una película de terror para un Lindholm que se jugaba el campeonato. Pero el finlandés supo afrontar la situación, y tras un susto en forma de trompo en el penúltimo tramo, que le relegó al tercer puesto de la general, fue capaz de llevar su Škoda Fabia Rally2 Evo de su equipo Toksport a meta, haciéndose con el título de WRC2. La prueba finalmente la ganó Munster, seguido de Suninen y del mencionado Lindholm.
Con sus dos victorias de clase sumadas a otros tres podios, el piloto finlandés de 26 años consigue hacerse con un luchado título y le regala, de nuevo, un campeonato del mundo a Škoda y a Toksport.