Con solo tres rondas disputadas en el WRC, siete canceladas y dos disponibles en el horizonte pero en la cuerda floja, el campeonato de la especialidad busca una salida desesperada para completar una temporada azotada por la crisis del coronavirus.
Después de ver recientemente cómo se cancelaba el Rallye de Finlandia y cómo otras alternativas planteadas se esfumaban, entre ellas el Rallye de Liepaja (ERC), necesita celebrar al menos tres o cuatro escalas más.
Ese sería el objetivo mínimo para poder entregarle una corona con cierto brillo al vencedor de lo que da la sensación que será un minicampeonato.
Mientras, el certamen no se reiniciará salvo sorpresa mayúscula hasta que termine el verano. Será en el Rallye de Turquía, programado del 24 al 27 septiembre. Sin embargo, ni tan siquiera la ronda otomana está garantizada por la expansión de la pandemia.
Y tras ella solo se atisban las escalas en Alemania y Japón, esta última en grave peligro de cancelación por las dificultades y riesgos que plantea a los equipos del Mundial, que tienen sus sedes en Europa. No obstante, en noviembre cuando está programada la prueba podría haber mejorado la coyuntura sanitaria.
Ante este estrecho margen de maniobra, el WRC mira hacia los circuitos. En ellos podría disputar una etapa íntegra o potenciar algunas especiales con varias pasadas en ellas, sobre todo aquellas que han sido escenario de Power Stages.
Un ejemplo de la primera opción lo representa el Ypres Rally. Actualmente la ronda belga está estudiando trasladar su jornada dominical al trazado de Spa-Francorchamps.
Una ‘tercera vía’ situaría la competición íntegramente en las instalaciones de los autódromos, como sucede en el Rallye de Monza (Italia), que también ha sonado como candidato para albergar una ronda final del WRC 2020, o en el Rally Circuit en Paul Ricard (Francia).
Cualquiera de estas opciones en instalaciones deportivas permitiría un mayor control del público frente al formato tradicional de los rallyes, donde las concentraciones de personas resultan inevitables.
Por ello, quizás podrían celebrarse con un número restringido de aficionados en las gradas, con las medidas para evitar los contagios, como la distancia física entre los espectadores que portarían las mascarillas. De momento, habrá que esperar a que la FIA y el WRC muevan ficha con la vista puesta en el coronavirus.