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El 16 de septiembre de 2012 se completaba el Rallye de Gales y lo hacía con Jari-Matti Latvala y Miikka Anttila en el peldaño más alto del podio. Los finlandeses se imponían con claridad en la 68º edición de la cita británica del Mundial de Rallyes al volante de su Ford Fiesta RS WRC.
Con un vehículo nacido en pistas rápidas y embarradas, Latvala fue el amo y señor del rallye, sin dar opciones al campeón Sébastien Loeb ni a su compañero de equipo Petter Solberg. Precisamente, el francés le arrebató in extremis la segunda plaza al noruego por sólo nueve décimas, mientras que Jari-Matti disfrutó de un paseo triunfal el último día de carrera para terminar con 27.8 segundos de ventaja respecto al nueve veces campeón del mundo.
Esta fue la última victoria del finlandés volador con la formación dirigida por Malcolm Wilson, la primera marca que le dio la oportunidad de demostrar su talento en la categoría reina del Mundial y que abandonaría en 2013 para poner rumbo a Volkswagen.
Además de suponer el último triunfo de Latvala con M-Sport, también fue la sexta y última victoria que sumó el Ford Fiesta RS WRC en el Campeonato del Mundo. Tras hacerlo debutar con éxito en 2011, M-Sport perdería el apoyo oficial de Ford al término de la temporada 2012 y ahí empezaría la larga travesía del desierto para los hombres de Malcolm Wilson, que no volvería a saborear el champán de la victoria hasta la llegada de Sébastien Ogier en 2017.