M-Sport ha tenido una dura jornada en la primera etapa del Rallye de Gales en la que ha perdido hasta cuatro coches de manera consecutiva. Nil Solans ha sido el primero de ellos, seguido poco después por Eric Camilli, Elfyn Evans y Teemu Suninen, siendo Sébastien Ogier el que aguanta pese a haber tenido problemas con la caja de cambios en los primeros compases de la prueba británica del Campeonato Mundial de Rallyes.
El español fue el primero en caerse debido a un doble pinchazo cuando sólo tenía un neumático de repuesto. El primer neumático se pinchó en el TC-2 (Clocaenog 1) mientras que el segundo fue un pinchazo lento que se manifestó en la rueda trasera izquierda en el TC-4, Penmachno 1. Trató de aguantar y llegar al service tras las dos pasadas de Slate Mountain, pero a unos kilómetros de la asistencia en Deeside le fue imposible continuar. Una pena ya que abandonó cuando estaba en condiciones de pelear por una buena cantidad de puntos en WRC2.
Poco después también se hacía efectivo el abandono de Camilli, quien al igual que Solans también portaba neumáticos Pirelli en este rallye. No obstante la sorpresa más grande fue la de Evans, quedándose fuera de combate por problemas mecánicos en su Ford Fiesta WRC. En ese momento el galés, ganador de este rallye en 2017, marchaba en segunda posición, siendo el rival más cercano al líder de la prueba Ott Tänak.
Suninen tomó el relevo de Evans y trató de mantener al equipo de Malcolm Wilson en las posiciones de podio, pero tenía que enfrentarse a rivales como Thierry Neuville o Jari-Matti Latvala. Se cayó de los puestos de podio por un trompo en la segunda pasada por Brenig y, tratando de recuperar tiempo perdido, en Penmachno 2 se salió de la pista tras romper la suspensión al golpear en una roca. Su Fiesta WRC se quedó atascado en una zanja, teniendo que abandonar tras haber recorrido unos 3,5 kilómetros del último tramo del día.
De cara a la segunda etapa del rallye se espera que los cuatro pilotos puedan reemprender la marcha dentro de la categoría Rally2. Mientras tanto Ogier ha acabado el día en quinta posición, doce meses después de que el equipo lograse en este mismo rallye en 2017 la victoria, el título de pilotos y el de constructores.