El tiempo le ha dado la razón a su planteamiento, radicalmente distino al que empleó para asegurarse el triunfo el pasado año. De arrasar encadenando scratchs a descartar rivales con el paso de las especiales. Andreas Mikkelsen eclipsó a la armada francesa en el 90º Rallye de Monte-Carlo con una victoria cimentada en el control de la situación. El noruego envía nuevos mensajes a los equipos de la categoría reina.
A bordo del Škoda Fabia Rally2 Evo de Toksport WRT, comenzó la etapa pendiente de la estrategia de su rival más próximo, Erik Cais. "Si ataca aquí tenemos el ritmo suficiente para devolvérsela en la siguiente", declaraba el líder al completar el primer tramo del día. Y no necesitó responder. Su perseguidor, debutante en el asfalto de los Alpes franceses, pretendía garantizar su presencia en el podio con el Ford Fiesta Rally2.
Y los dos contentos. El ganador por los 29 puntos que añade a su casillero y el joven checo por, además de su segunda posición en la clasificación general, imponerse en el apartado Junior. El luxemburgués Grégoire Munster partía con la intención de presentar batalla a uno de sus antiguos contrincantes en el Campeonato de Europa de Rallyes, pero un pinchazo que le obligó a detener su Hyundai i20 N Rally2 le hizo perder más de 2'.
Yohan Rossel contaba con el mayor número de papeletas para capitalizar en los problemas de su predecesor, pero él también los sufrió en una de las ruedas de su Citroën C3 Rally2. Aunque en términos de velocidad el vigente campeón de WRC3 fue inalcanzable, sus errrores le obligan a conformarse con la sexta plaza. Quien sí sacó partido a estos percances, el ruso Nikolay Gryazin, protagonista de una meritoria remontada.