Su objetivo no cambia. Con el programa que elaboró el pasado curso en la división de plata del Mundial de Rallyes y en el Campeonato de Europa confirmó que sigue siendo uno de los pilotos más competitivos del mercado. Aunque certificó ambos títulos en una semana, la ausencia de asientos en la categoría reina prolonga su espera y también su estancia en WRC2. No se puede permitir un año sabático para su misión.
Andreas Mikkelsen continuará a los mandos de un Škoda Fabia Rally2 Evo de Toksport WRT hasta que se le presente la oportunidad de dirigir un Rally1. Comenzará la defensa de su corona, pero desconoce si la completará. Los movimientos en los despachos definirán su futuro en el certamen. Mientras tanto, el noruego se centra en demostrar su potencial cada fin de semana en una WRC2 más reñida a cada temporada.
Con la última reestructuración de las categorías de apoyo, todos los vehículos Rally2 lucharán por la misma primera posición, sean prviados u oficiales. Además de la clasificación general, habrá hasta tres subapartados. Formaciones como Toksport WRT y Saintéloc Junior Team buscarán la corona de equipos, los pilotos menores de 30 años se focalizarán en la consecución de la Junior y los mayores de 50 en la Master.
Mikkelsen parte de favorito, pero en el 90º Rallye de Monte-Carlo tendrá que vigilar de cerca a los Citroën C3 Rally2 de los franceses Yohan Rossel, Eric Camilli y Stéphane Lefebvre. En su propia escuadra, el ex-oficial de Volkswagen se topará con rivales como Marco Bulacia, Nikolay Gryazin y Chris Ingram. M-Sport Ford carece de representación, pero el checo Erik Cais tripulará un Fiesta Rally2 con las últimas evoluciones.