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El Rallye Tierras Altas de Lorca visto el pasado 7 de marzo tuvo poco, muy poco que ver con lo que habíamos visto hasta ahora en el Nacional de Tierra. En muchos sentidos, se vio un nuevo nivel que hasta ahora ni se imaginaba, gracias a la gran batalla en la que estuvieron involucrados Nil Solans, Pepe López y, al menos en los primeros compases, Xevi Pons.
Retorno a lo alto
La llegada de Solans al S-CER no pudo ser más ‘in extremis’: apuntándose a última hora, preparando un proyecto sólido (de momento para este rallye) con un coche como es el Skoda Fabia R5 de Calm Competició (ganador del CERT en 2019 y subcampeón del S-CER con Pons) y con tan solo unos 30 kilómetros de test en los que puso el coche un poco a su gusto, unos reglajes algo más blandos que los que usaba el pentacampeón nacional. La llegada del ex campeón mundial del JWRC prometía mucho tras varios meses sin verle en acción, desde el RallyRACC el pasado mes de octubre (además de la Carrera de Campeones en el Karting La Roca).
A nivel de recursos, era una situación de David vs Goliats: Con una asistencia más bien modesta y un Skoda blanco salvo por la publicidad de ACSM, tenía a su lado a la estructura de Boyacá con Alexander Villanueva en el más moderno y refinado Skoda Fabia R5 evo, unos metros más a su izquierda estaba el Citroën Rally Team (gestionado por Sports & You) con Pepe López, vigente campeón del S-CER y un Citroën C3 R5 que llevaba las últimas evoluciones del coche, ese puente trasero que tanto se hizo notar desde finales de 2019. Y, en el otro lado de la asistencia, el gigantesco ensamblado de Terra Training Motorsport con los dos Hyundai i20 R5 de Surhayén Pernía y Francisco López. Junto a ellos, el fichaje estrella del equipo, Pons con el Ford Fiesta R5 MKII, estrenándolo en este rallye con los espectaculares colores de Gasmóvil/Arcomóvil, posiblemente de los diseños más memorables que se hayan visto a nivel nacional en los últimos años.
Era también, en cierto sentido, un deja vu no intencionado: la primera vez que compitió con un coche puntero, era también un Skoda blanco: el Skoda Fabia S2000 que fue propiedad de ASM Motorsport años atrás. También fue en tierra, en un Rallye de Curtis de 2014, con Miki Ibáñez a su diestra, y lograban acabar en una brillante segunda posición, solo por detrás del campeón de aquel año, Amador Vidal.
Asalto entre grandes
Muchos apostaban por cualquiera de los tres favoritos, con Pons siendo el más rápido en el tramo de calificación el viernes por delante de López y Solans en una distante posición que le hacía no tener una posición de salida no tan ventajosa. No obstante, todo estaba a punto de cambiar en Lorca – que una vez más, resultó ser un gran rallye en muchos sentidos.
Solans se llevaba el primer scratch por delante de López, Pons y el invitado de excepción, el checo Erik Cais (en su segundo rallye con el Fiesta R5 MKII tras llevarlo en el Rallye du Var 2019), existiendo muy pocas diferencias entre ellos. El de Citroën se colocaba líder tras un pequeño error de Solans en el B1, pero tras el primer bucle los cuatro estaban muy juntos. Y muy por encima del resto del pelotón, los que años atrás se consideraban la cumbre del CERT: Villanueva, bicampeón nacional, Gorka Eizmendi, aspirante al campeonato desde hace varios años, José Luis Peláez (quien en 2018 estuvo cerca de ser subcampeón), Pernía… todos ellos estaban a cerca de dos segundos por kilómetro de la cabeza tras ese primer bucle.
A partir de entonces, el ritmo de Solans era tal como los fans lo hubieran soñado: de mundial. Uno revisa las cámaras onboards y se empieza a hacer una idea del brutal ritmo que llevaron él y Marc Martí durante todo el rallye. Utilizando los interiores de las curvas lorquinas como nadie, ver ese Fabia R5 ‘a fuego’ era algo sensacional. Y estamos hablando de un Fabia R5 de primera generación, no una máquina más evolucionada como el Volkswagen Polo GTI R5 que pilotó en el RallyRACC…
Sensacional fue también ver a López y su copiloto Borja Rozada aguantando el ritmo con el Citroën o Pons con el Ford, pese a ser una máquina difícil de domar como también se ha visto en el mismo mundial de rallyes. Una pena que un problema de alternador le dejaba a él y a Rodrigo Sanjuán sin batería y sin poder seguir batallando a apenas unos metros del tramo A2, porque al reengancharse siguió mostrando ritmo y manos, las mismas que le han dado cinco títulos nacionales y ya se vieron hace tres lustros peleando en la primera línea de fuego del WRC como compañero del mismísimo Sébastien Loeb en Kronos Racing.
El de Matadepera logró marcar todos los scratch salvo el B1, logrando una victoria inesperada hace tan solo 14 días y sirviendo de preámbulo a lo que puede ser una tremenda temporada para el Supercampeonato de España de Rallyes. A su vez López también sorprendió para bien, pues en más de un tramo acabó a menos de un segundo del ex campeón mundial junior en una superficie en la que no tiene tanto rodaje como en el asfalto – de hecho, desde el pasado mes de junio en Astorga solo había competido en asfalto con el C3 R5. Se vio, por tanto, algo de crecimiento en el madrileño, que ya dio algún que otro destello de velocidad en su desafortunado Monte-Carlo el pasado mes de enero.
En lo que respecta a Pons, queda claro que sigue siendo tan rápido como siempre y va a tener que emplearse a fondo tanto en las pruebas del CERT como las del S-CER, por lo que el trabajo de adaptación al Fiesta R5 MKII va a ser interesante de ver. Cuenta detrás con el apoyo de Terra Training y de RMC Motorsport, una estructura que tampoco ha tenido un camino fácil y, sin embargo, siempre ha demostrado una gran capacidad de pelea.
Si Pons ya había mostrado en estos dos últimos años lo que de verdad se puede hacer en tierra con coches Rally2, Solans y López han dejado el listón a otro nivel en esta edición del Rallye Tierras Altas de Lorca. En caso de seguir los tres a tiempo completo en las pruebas del S-CER, siendo la siguiente a un mes vista en el Rallye de Pozoblanco, puede vivirse un año muy emocionante, una gran progresión tras la evolución que ha tenido el campeonato tras sus tiempos duros al principio de la década pasada.
Otros destacados
En la categoría de Dos Ruedas Motrices solo hubo un nombre y apellido: Pep Bassas. El vigente campeón de la Beca Junior y hombre que representará al Rallye Team Spain este año en el ERC 3 Junior. De vuelta con Mavisa Sport y con el Peugeot 208 R2 como test previo al Rallye Azores, Bassas y Axel Coronado mostraron un gran ritmo, mayor incluso que el que se vio a finales de la pasada temporada tanto en la Beca Junior R2 como en la Peugeot Rally Cup Ibérica.
Mención especial merece también el rallye realizado por Kevin Guerra y Dani Sosa: se trataba de la primera vez que competían con un tracción total, en concreto el Citroën C3 N5 de RMC Motorsport. Pese a empezar con problemas el viernes y dar solo una pasada, en los ocho tramos cronometrados del itinerario lo dieron todo y los campeones del Desafío Kumho N3 2019 lograron batir a pilotos como Daniel Alonso, Iván Arenas o Roberto Rozada, además de encaramarse en el Top 10 final pese a un pinchazo durante la mañana y problemas de fiabilidad en el C3 N5 en los tramos de la tarde.