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En contra del optimismo mostrado por la FGA, buena parte de los organizadores de los rallyes calendados dentro del campeonato gallego quieren ser cautos antes de tomar ninguna decisión. Cierto es que algunos equipos organizativos atraviesan una situación más holgada, teniendo el presupuesto totalmente atado para materializar la carrera tan pronto como las autoridades sanitarias abran la veda al deporte de motor.
Entre los que más dudas han generado está el Rallye Sur do Condado. Su situación es delicada y lo más probable es que no puedan llevar a buen puerto su edición del 2020, tesitura en la que también se encuentra sumergido el Rallye do Botafumeiro, a la espera de que el confinamiento se termine para visitar a los patrocinadores y ver en que situación económica se encuentra cada uno de ellos para seguir adelante con su apuesta por el rallye.
De la misma manera que el Botafumeiro, en Lalín tienen disposición de festejar las bodas de plata del Rallye do Cocido en 2020, aunque para ello, tendrán que valorar la situación financiera de sus apoyos, tanto públicos como privados. En el caso de la entidad del Deza, su prueba ya está totalmente diseñada y en disposición de ponerse en marcha, aunque han preferido ser cautos y esperar antes de tomar una decisión en firme.
Otro de los rallyes que ha tenido que verse obligado a aplazar su fecha inicialmente prevista es Noia. En el caso de la Escudería Berberecho, se han percatado de la fecha propuesta a través del calendario emitido por la FGA. La propuesta de la Federación es el mes de octubre, aunque por el momento tampoco está confirmado que vayan a celebrar el rallye. No hay que olvidarse de que el apoyo de la hostelería era un pilar fundamental en el presupuesto del Rallye de Noia.
Los organizadores son conscientes de que los rallyes deberán cambiar y tendrán que adaptar sus ideas a la nueva realidad, prescindiendo de las ceremonias de salida y tramos urbanos. A la vez que, en su mayoría, les preocupa el aspecto económico. Temen que las medidas de prevención de las que deberán dotar a su personal, incremente todavía más el presupuesto de la carrera, pudiendo ser inasumible para alguna de ellas.
Es evidente que todos ellos están dispuestos a seguir organizando estos grandes eventos, que año tras año repercuten positivamente en la economía de las zonas por donde transcurren. Pese a esto, existen opiniones dispares, ya que llevar a cabo rallyes mucho menos atractivos (debido a las restricciones sanitarias) podría tener consecuencias negativas en la buena imagen dada en ediciones anteriores.
Desde la Federación Gallega de Automovilismo existe cierto exceso de optimismo que entre los organizadores parece no compartiste. Lo más sensato, al menos a día de hoy, es que sumergidos en una situación tan cambiante día a día, haya que esperar al final de la desescalada para que las conversaciones con los patrocinadores e instituciones puedan retomarse y valorar con fehaciencia la salud de cada rallye.