Twitter: @WRCSergio
Los rallyes, un deporte tan bonito como desagradecido, un deporte donde el gusto, como el peligro, está en la dificultad y el riesgo. En el coche van dos es lo que siempre pensamos los avezados a las carreras, pero desafortunadamente se suele pasar por algo. Decimos, erróneamente, ha ganado Fuster, ha ganado Ares, ha ganado Sordo en vez de han ganado Fuster y Aviñó, han ganado Ares y Bañobre, han ganado Sordo y Martí. Y el éxito es de los dos. Resulta imposible vencer en una prueba de esta índole conduciendo solo pese a que siempre decimos lo mismo. En el coche van dos y siempre se olvida, injusta e inexplicablemente, al que va a la derecha.
Este fin de semana se disputaba la décimo novena edición del Rally Sierra de Cádiz, antepenúltima cita del campeonato regional andaluz. La lista, holgada y atractiva, acogía varios apellidos de peso en general: Aznar, Cordero, Toril, Gil... y, en concreto, Galán. Los hermanos Galán de la Fuente, ambos sentados a la derecha de quien siempre se lleva los reconocimientos, ambos cuajando una actuación sublime.
El que llevaba el dorsal más bajo, José Crisanto, copiloto en el Porsche más moderno de la lista, se proclamaba campeón tras completar todos los tramos -no sin problemas-. María Luisa, acomodada en un Peugeot 206 XS, daba la campanada y la sorpresa al acabar en quinta posición general, colocándose entre potentes máquinas y conocidos nombres.
La familia Galán de la Fuente está de moda. Lleva de moda varios años con José Crisanto proclamándose, junto con José Antonio (Aznar), campeón rally tras rally y campeón año tras año. Pero ahora más. A su nombre se une el de su hermana, María Luisa, que pese a llevar una trayectoria más breve y discreta ya apunta a maneras. No todo el mundo puede seguir el ritmo a un quinto absoluto; ella sí. No todo el mundo puede seguir el ritmo de pilotos rápidos; ellos sí.
Los buenos también se sientan a la derecha, no sólo van a la izquierda. En vez de pelearse con los pedales y el volante se pelean con su pronunciación y con las hojas de la libreta que sostiene. Un sólo error suyo, como el del piloto, puede ser determinante. Una actuación brillante, como ocurre con el piloto, también.