¿Quién no ha pensado nunca en "liarse la manta a la cabeza" y adentrarse en el mundo que le apasiona? Hoy os queremos contar una historia diferente, la de aquellos aficionados que, fuera de los focos de los grandes campeonatos, se adentran en la competición sin muchos más medios que el fruto del trabajo diario y la ilusión de quien desde la cuneta lleva años disfrutando de otros nombres, soñando que algún momento otros serían los que les vieran a ellos a pie de carretera.
Nacho Salazar es el protagonista que, como tantos otros, ha iniciado su aventura en el automovilismo. El joven talamanqués de 22 años adquirió un Citroën AX con el que dar sus primeros pasos en la competición. En la pasada Subida a La Cabrera del regional madrileño de montaña, Nacho se puso por primera vez a los mandos de su bonito AX rojo, partiendo con el objetivo de disfrutar de su debut en la disciplina de la que ha sido amante desde niño.
Sin más medios que los propios, y con sus familiares y amigos como apoyo fundamental, Salazar se enfundó el casco y el mono de competición para afrontar la hora de la verdad. Ni los nervios ni la presión del debut pudieron frenar las ganas en su estreno como piloto, lo que le llevó a completar sin contratiempos reseñables su primera participación oficial en competición, donde además logró terminar en tercer lugar de su clase.
Como Nacho, muchos de los inscritos en las diferentes pruebas regionales buscan disfrutar de su pasión siendo protagonistas, dejando de lado las cunetas para ser parte de una disciplina de la que siempre han disfrutado. Esta historia es una de tantas que nunca se llevan los focos ni llenan las portadas, pero sin las que los grandes nombres no podrían crecer ni llegar a lo más alto.