A pesar de que el joven piloto de 19 años fue contratado por Škoda a principios de temporada, su programa previsto para el WRC a bordo de un Fabia se ha visto interrumpido por la pandemia de coronavirus durante más de siete meses.
Antes de que la pandemia produjera los problemas fronterizos entre la República Checa y Estonia hicieran imposible que el equipo trajera el coche, el joven talento tenía previsto haber participado con su Škoda en esta cita báltica. Debido a esta circunstancia y la ausencia del Škoda, Solberg ha estado nuevamente al volante de su Volkswagen Polo GTI R5.
"Será muy agradable estar de vuelta en el Škoda. Es increíble pensar en lo que ha sucedido en el mundo desde la última vez que conduje el coche en Suecia. No creo que nadie nos hubiera creído si hubiéramos dicho que sería la última vez en casi ocho meses que competiría en el Fabia”, ha manifestado el escandinavo.
“Pero lo mejor es mirar hacia adelante y no pensar demasiado en lo duro que ha sido el verano. Si bien no competí en ninguna carrera [en el Fabia], hice algunas pruebas, lo que me ha dado una buena experiencia”.
“Estoy emocionado de conducirlo en Italia. Por supuesto, Cerdeña es un evento nuevo y realmente difícil; uno en el que tienes que conducir mucho con la cabeza, especialmente mirando las rocas en la segunda pasada", ha concluido el hijo de Petter Solberg, campeón del WRC 2003.
El debut de Solberg antes sus paisanos con el nuevo Škoda se vio ensombrecido por un pinchazo. Después de haberse anotado una especial y estar en la pelea con el grupo del WRC3, se quedó sin un podio que ya acariciaba al pinchar el trasero izquierdo que lo envió a la quinta posición final.
Antes del regreso de Solberg con el Fabia Rally2, disputará este próximo fin de semana el Rallye Fafe Montelongo a bordo de su propio Polo R5 como parte de su desafío por el título del Campeonato de Europa de Rallyes (ERC).