El piloto más laureado del WRC, Sébastien Loeb, ha afirmado en una entrevista que desea regresar al Rally Dakar. Después de rozar el triunfo en 2017, el mito alsaciano quiere conquistar el raid más exigente del planeta donde ha participado de 2016 a 2019. En la conversación difundida a través de las redes sociales de Red Bull Motorsports, el mito galo afirmó: “No sé si tendrá lugar este año o el siguiente, pero el Dakar es una carrera a la que me gustaría volver”.
Poco después bromeaba al recordar que tiene mucho tiempo para plantearse el reto, dada la edad del último ganador, Carlos Sainz, y de sus dos rivales principales, el catarí Nasser Al-Attiyah y la leyenda de la prueba, Stéphane Peterhansel.
“Aunque aún no tengo nada previsto para el año próximo, he comprobado que hay pilotos que tienen diez años más que yo y están ganando el Dakar. Por tanto, tengo todavía futuro allí”.
Exhibiendo su gen ganador, el corredor de Haguenau señalaba que ya ha demostrado que cuenta con la ‘dinamita’ necesaria para imponerse en el desierto. No en vano, hacía mención a su segundo puesto logrado en 2017. Fue una edición cuando se quedó a poco más de cinco minutos de la victoria, a pesar de haber sido el más rápido en cinco etapas.
“Una vez estuve a punto de ganar y en la última edición demostré que era el más rápido, sin embargo no supe acabar como deseaba, aunque tengo potencial para conseguirlo. Pero esta carrera no es solo cuestión de tener potencial, puesto que el Dakar es largo e intervienen varios factores que se deben manejar. A pesar de todo, siempre es excitante estar en la batalla, y tuve buenos momentos, fue una gran experiencia. Ganar el Dakar me haría feliz”.
Como ensayo previo al Dakar, Loeb tenía previsto participar en marzo en el ‘Abu Dhabi Desert Challenge’ 2020. La segunda cita de la Copa del Mundo de Raids debía suponer su primera toma de contacto con el desierto y la navegación después de mucho tiempo. Junto a su fiel copiloto monegasco, Daniel Elena, se subiría a un SSV de Overdrive, estructura de Toyota. Sin embargo, el coronavirus desbarató esa aventura.