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Los motores en el WRC se han parado y por el momento, sin fecha de vuelta. Aún así, los diferentes equipos intentan, en la medida de lo posible, que la alerta sanitaria no cese al completo su actividad de fábrica. Una de las más perjudicas ha sido sin duda M-Sport, la estructura que encabeza Malcolm Wilson y quien ha confesado que la situación parece sacada de una película de miedo.
Para tratar diferentes temas atendió a los compañeros de Dirtfish.com, asegurando que este bache está suponiendo también grandes problemas a la estructura británica, aunque como es lógica, frenar en seco la actividad les resulta casi imposible. Por ello, con una plantilla reducida, trabajan tanto en Cumbria como en Polonia para intentar cumplir todos los plazos de entrega de los Ford Fiesta R5 y R2T.
"Como siempre, la prioridad para mí es la fuerza del trabajo. No sabemos cuando todo esto se va a terminar, ya que afecta al mundo entero. Por momentos, esto parece una ciudad fantasma. Es completamente imposible cerrar totalmente una fábrica de estas características, pues tenemos que intentar cumplir con las fechas de entrega de nuestros coches. Todavía tenemos trabajo en las carrocerías", aseguraba.
En medio de este caos en el que el mundo parece haberse sumergido, Wilson y todo su equipo han aprovechado la tesitura para seguir también con el proyecto del coche que usarán en 2022. Richard Millener encabeza el trabajo de puertas para adentro con un coche en el que tienen muchas esperanzas puestas, aunque si bien es cierto que el proyecto todavía debe evolucionar mucho para convertirse en algo tangible.