Cada año se intensificaba el rumor de su movimiento de las dos a las cuatro ruedas. Después de una decena de ediciones del Rally Dakar con un manillar en sus manos, Laia Sanz ha decidido que este es el momento adecuado para cambiarlo por el volante. El sábado 1 de enero comenzará una nueva aventura para la piloto catalana, que en la categoría de motos consiguió en 2015 el mejor resultado histórico de una fémina.
Sanz completó sus primeros pasos en coches en Extreme E, el campeonato de todoterrenos eléctricos que arrancó en el pasado mes de abril en, precisamente, Arabia Saudí. En este certamen compartió el Odyssey 21 con Carlos Sainz en el Acciona Sainz XE Team. Con vehículos de combustión no debutaría hasta el Rally Ha'il, habitual prueba a la que acuden los pilotos a modo de calentamiento para el Rally Dakar.
En este evento celebrado del 6 al 11 de diciembre, Sanz dirigió el Mini ALL4 Racing que empleará en el raid más exigente del planeta al noveno puesto final. Además de la experiencia acumulada en las jornadas de test, la de Corbera de Llobregat sumó 969 kilómetros de pura competición con su nuevo acompañante, el también ex-motorista Maurizio Gerini, por lo que arriba con un valioso rodaje a la gran cita.
"Siempre me ha gustado salir de la zona de confort y ahora me he lanzado a una nueva aventura que me hace mucha ilusión. Creo que debutar en el Dakar con el MINI All4 Racing de X-raid me da garantías de no tener problemas, de hacer un buen debut y, sobre todo, de intentar llegar a meta -que tiene que ser el principal objetivo-, aprender lo máximo posible y tratar de hacerlo lo mejor que podamos", se plantea Sanz.