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Los Toyota Hilux V8 de Giniel de Villiers, Yazeed Al-Rajhi, Berhard Ten Brinke (ya retirado por un incendio) y Leeroy Poulter están sufriendo problemas para seguir el ritmo de sus rivales en esta edición del Dakar. Los 380 caballos que desarrolla el propulsor de la famosa camioneta son insuficientes para dar caza a los Peugeot 2008 DKR 16 y los Mini All4Racing, sobre todo en terrenos de gran altitud.
Con la elevación y la reducción de oxígeno, los propulsores atmosféricos sufren de una mayor pérdida de potencia incluso que los motores turboalimentados, lo cual deja en desventaja a los Hilux. En la primera semana, que les ha llevado a ir y venir a la localidad boliviana de Uyuni, se han quedado más de media hora rezagados con respecto a los tres Peugeot que coronan la clasificación.
“Es como si fuera a medio pedal”, aseguraba De Villiers según recoge el medio germano Rallye Magazin. Al-Rajhi, por su parte, afirmaba los grandes problemas que ha sufrido con los cambios de altitud, mientras que otros pilotos como Nani Roma han sabido recuperarse a tiempo para marcar buenos tiempos en torno al Salar de Uyuni.
Este problema evidencia el desequilibrio que presenta la normativa entre los 4x4 y los buggies, siendo la potencia de los primeros insuficiente para paliar los casi setecientos kilogramos de peso de ventaja que tienen los buggies (además del trato preferente que ha mostrado Michelin con Peugeot, desarrollando neumáticos exclusivos para ellos). El apartado aerodinámico también beneficia a los franceses con respecto a las carrocerías 4x4 de los Mini y los Toyota.