Fue en la durísima etapa 48 horas con la que arrancaba el Rally Dakar cuando Cristina Gutiérrez se veía obligada a sacrificar su participación para ayudar a Sébastien Loeb, deteniéndose y reparando su coche junto a su copiloto Pablo Moreno. Solo un día después, en el final de esa etapa maratón, la burgalesa sufría una avería mecánica que la dejaba fuera de carrera.
Desde entonces ha ido corriendo el Rally Dakar pero sin opciones de victoria y en la parte final de la clasificación tras la penalización por reengancharse. A pesar de ser ya mochilera de Nasser Al-Attiyah e ir lastrada con kilos de piezas de repuesto por si el catarí tiene problemas, en esta novena etapa acabo entre los 10 mejores.
"Estoy contenta porque pese a las desmotivaciones del primer día, bueno, el segundo, todo eso que nos ha ido pasando, pues no dejas de correr de diferente manera, aunque también estamos viendo que estamos en buen ritmo, competitivos, y eso hace crecer las ganas ya que el año que viene llegue y poder demostrar que podemos estar ahí para luchar. No te voy a decir para luchar por ganar un Dakar, porque son palabras mayores, pero ahora mismo sin todo el tema de parar y todo lo que nos ha ido pasando, estaríamos muy arriba", comentó al medio Motorsport.com en el vivac.