El vigente campeón prepara el esperado regreso. Después de unos meses de desconexión con la familia y con su programa en el Mundial de Resistencia, Sébastien Ogier regresa a la modalidad en la que forjó su leyenda. Además, este retorno coincide con su prueba fetiche. En Portugal logró su primera victoria en la categoría reina. Ese triunfo tuvo lugar en la edición del año 2009, cuando todavía competían los WRC de dos litros.
El francés se enfrentará a uno de los retos más emocionantes de su trayectoria. Nunca había tenido un parón en mitad de un curso tan largo, exceptuando el afectado por la pandemia: "Es un desafío volver al coche después de tres meses. No es gigantesco, pero tengo que encontrar las sensaciones adecuadas. Es más excitante cuándo haces regresos de este tipo, me tomé unas vacaciones con mi familia y me siento más fresco".
Hace unos días probó el Toyota GR Yaris Rally1 en grava. Sus reacciones nada tienen que ver con las de su antecesor: "El coche ha cambiado desde la última vez que lo conduje, pero también es la primera vez en tierra para mí. Todo es muy nuevo, se comporta muy diferente a los de la generación anterior. Es como empezar una nueva etapa de aprendizaje para mí, de descubrir qué es lo que puedo hacer y dónde están límites".