Grégoire Munster y Louis Louka, a los mandos de un Hyundai I20 N Rally2, comenzaron el Rally de Japón de forma regular, ocupando el cuarto puesto de la clasificación general durante toda la jornada del viernes.
En la jornada del sábado, Munster aprovechó el pinchazo de Teemu Suninen y se colocó en la tercera posición de la general tras el bucle vespertino, por lo que para el domingo le esperaba una buena lucha con su compañero de marca.
El piloto luxemburgués comenzó la mañana del domingo dejandose tiempo con Suninen, pero las cosas cambiaron en los cuatro tramos posteriores, en los que Munster comenzó a rodar a un ritmo más fuerte que el de su principal rival.
A todo esto, se le unió la lluvia en los dos últimos tramos de la jornada, y del rally; en el primero de ellos, Munster le recortó la friolera de 1´20" a Emil Lindholm, el que era el líder de la clase hasta ese momento y que sufría un trompo en esa especial. De esta forma, la penúltima especial del rally catapultó a Munster y Louka a la primera posición, la cual supieron defender en el último tramo de la prueba, asegurándose el triunfo.
Con todo esto, Grégoire Munster fue capaz de sacar partido a unas condiciones muy complicadas, doblegando de forma sorprendete a sus rivales de categoría y consiguiendo hacerse con su primer triunfo dentro del WRC2, quedando por delante de Suninen y de Linholm. Además, el piloto de Hyundai terminó séptimo dentro de la clasificación general del WRC, quedando justo por detrás del último de los Rally1, el Ford Puma de Gus Greensmith.