El curso pasado Esapekka Lappi compitió mayoritariamente en la división de plata del Campeonato del Mundo de Rallyes. Perdió su asiento en M-Sport y optó por un Volkswagen Polo GTI R5 para manterse en activo y recordar a los dirigentes de la categoría reina de su talento. El descenso, con la ayuda de la semiretirada de Sébastien Ogier, le permitió regresar a la élite, pero le privó de unos kilómetros que ahora lamenta.
El finlandés afronta con ilusión su regreso al habitáculo del GR Yaris Rally1, aunque es consciente de que en Estonia tendrá que sobreponerse a su ausencia en la última edición: "Tengo muchas ganas de volver al coche en los próximos dos rallyes, especialmente en el de Finlandia. Estonia no será muy fácil para nosotros porque no participamos el año pasado, así que habrá varios tramos que nos serán totalmente nuevos".
La experiencia de Lappi en las veloces pistas del norte de Europa le genera cierta confianza. Sin embargo, no se aventura a lanzar cohetes: "Creo que lo puedo hacer bien este fin de semana, pero no iré al rally con unas expectativas muy altas. Hasta ahora hemos demostrado que somos rápidos en todas las superficies, pero no no hemos conseguido unirlo todo. Por tanto, el principal objetivo para Estonia en tener un rally limpio".