Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. A pesar de que el lunes se esperaba una decisión sobre la posible cancelación por falta de nieve en el Rallye de Suecia 2020, programado para el 13-16 de febrero en la región de Värmland y al otro lado de la frontera noruega, todo se mantiene en el aire.
“Continuamos vigilando constantemente las condiciones climatológicas y la situación se volverá a evaluar con cualquier decisión que se deba tomar esta semana", ha manifestado Glenn Olson, CEO de la prueba nórdica.
Así lo ha publicado a primera hora de este martes el promotor de la cita en su página web. En dicho comunicado se explica que en la reunión mantenida este lunes 3 de febrero entre representantes de la cita escandinava, de la Federación Internacional de Automovilismo y del Campeonato del Mundo de Rallyes no se adoptó ninguna medida concreta, más allá de continuar estudiando la evolución de la situación.
Asimismo, recuerda una obviedad a estas alturas: que durante los últimos días ha nevado en la región que albergará la prueba, pero que las temperaturas inusualmente altas y las previsiones meteorológicas -nada halagüeñas- continúan preocupando mucho en relación al estado de las carreteras para que pueda discurrir por ellas la competición según estaba previsto.
La nota de prensa también anuncia de que se realizarán otras inspecciones a principios de la semana, sin determinar fecha concreta ni tampoco plazo límite para adoptar una decisión definitiva. Asimismo, se informa de la cancelación del Rallye de Suecia histórico, con el fin de preservar los maltrechos sectores de la cita. De este modo, la organización parece tratar de ganar tiempo con el objetivo de salvar una compleja situación que podría derivar en la cancelación de la carrera, lo cual generaría grandes pérdidas económicas.
En definitiva, se mantiene el fantasma de 1990, cuando el calor impidió que los motores rugieran en Suecia. Una solución de urgencia podría consistir en emular la implementada en 2016. Empujados por el mismo problema meteorológico, en aquella edición se recortó el recorrido de los 21 tramos programados a 12, tres menos cada jornada.
Lo cierto es que se trata de una ronda clásica presente en el calendario del WRC desde 1950 -solo ausente en 1974, 1990 y 2009- y que ahora está en peligro. No son pocas las voces que claman por que sea reemplazada por Canadá, un país que sí tiene garantizada la presencia abundante de nieve.