Cuando todavía restan al menos dos rondas del WRC 2020, los promotores ya trabajan en la próxima campaña en la que tratarán de recuperar la normalidad perdida en este curso golpeado por la pandemia.
De hecho, ya se está manejando un primer esquema que estaría compuesto por doce escalas entre las que estaría el Rallye RACC de Cataluña, que se disputaría en la segunda quincena de octubre.
El grueso del certamen se desarrollaría en Europa, territorio que plantearía menos dificultades logísticas en el supuesto de que el coronavirus siga presente en el próximo curso. Obviamente, se echarán de menos algunas rondas clásicas como el Rallye de Gran Bretaña, eso por no hablar de su habitual desplazamiento a las Antípodas, que podría dejar fuera a Australia o Nueva Zelanda.
Una de las mayores sorpresas llegaría con la inclusión de una prueba en el Circuito de Irlanda, lo que permitiría la subsistencia de dos carreras sobre asfalto, incluyendo la escala en España. En cuanto a esta última algunas fuentes insinúan que podría dejar de ser una competición mixta para convertirse en una carrera completamente sobre asfalto.
En principio, Turquía y Estonia que han salido en auxilio de un certamen que se tambaleaba por la crisis de la pandemia, podrían permanecer en el calendario. De ese modo, se premiaría su disposición a convertirse en un comodín en un tiempo récord y bajo unas circunstancias críticas, tras la cancelación de varias rondas.
Esa misma suerte seguirían Chile, Japón y Safari, que podría materializar su retorno al Mundial de la especialidad, algo que resultó imposible en 2020 por el problema sanitario que golpea a todo el Planeta. Por el contrario, tanto México como Argentina se ausentarían del próximo curso.
En resumen, el tradicional inicio de la campaña tendrá lugar en Montecarlo del 21 al 24 de enero, mientas que la segunda escala que se realizará en Suecia tendría importantes cambios de ubicación. De hecho, para asegurarse la presencia de abundante nieve se trasladará la acción a la zona meridional de Noruega.
Tras esa carrera escandinava llegaría un prolongado parón de casi tres meses., que no parece lo más lógico para mantener vivo el interés de los aficionados por este deporte. Concretamente, los motores no se encenderían hasta mayo con el Rallye de Italia. Después de ese incomprensible paréntesis, el Mundial tomaría velocidad con las paradas en Portugal, Italia, Safari, Estonia, Finlandia, Irlanda, Chile, Turquía y Japón como broche final.
Por otra parte, permanecen las dudas respecto al formato de cuatro días de cada evento que podría reducirse a tres, así como su kilometraje total, el cual actualmente se sitúa por encima de los 300 en cada prueba.
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