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Los Grupo S son, en cierto sentido, una leyenda viva de los rallyes: prototipos espectaculares y salvajes, el siguiente paso de los Grupo B con mayores medidas de seguridad pero el mismo espíritu de desarrollo y competitividad entre las marcas. No obstante, el final de ambas categorías acaeció en 1986, con algunos de los equipos oficiales abandonando de inmediato el Campeonato Mundial de Rallyes (como Peugeot o Audi) y muchas unidades encontrando refugio en lugares como el rallycross, deporte muy vivo en su Inglaterra natal.
No obstante, uno de estos prototipos del Grupo S fue capaz de ver la luz antes de que fuesen cancelados y prohibidos para siempre: el Vauxhall Astra 4S. Mientras que los Lancia ECV1 y ECV2, el Audi Sport Quattro RS002 o el Toyota MR-2 222D – así como el Opel Kadett E Rallye 4x4, que de Grupo B pasó a tener una variante experimental de Grupo S – se quedaron en mulas de prueba, el Vauxhall fue terminado y ajustado para competir a tiempo, a modo de canto del cisne para la era dorada de los rallyes.
El vehículo construido por General Motors Dealer Sport contaba con un 2.4 cuatro cilindros en línea proveniente del Manta capaz de producir hasta 340 caballos de potencia, acoplado a una transmisión X-trac – el motor estaba posicionado en posición longitudinal y con tracción a las cuatro ruedas, muy diferente al Astra MKII de calle (motor transversal y tracción delantera) tal como recuerda el medio Supercars. También tenía la ventaja de ser un vehículo muy ligero, con un peso que se quedaba en 960 kilogramos.
La potencia era posible gracias al uso de un supercharger Sprintex, mientras que el sistema de tracción total tenía un diferencial central hidráulico mediante el cual el piloto podía manejar el par que se redirigía a cada eje. La caja de cambios era de seis velocidades y el depósito de combustible estaba situado justo detrás de los asientos delanteros, donde en un Astra normal estaría la segunda fila de asientos.
La sección central del chasis del Astra sí era la del de calle – con los tubos que contenían el motor, la suspensión delantera, la suspensión trasera y los ejes de transmisión. Ahora bien, aunque el techo era de acero, el resto de paneles que componían la carrocería estaban fabricados de Kevlar. El tubo de escape salía del motor, recorría el muro de separación antes de salir justo por delante de la rueda trasera derecha – recorriendo un espacio muy cercano a los pedales (hechos a mano) y los pies del piloto, según se lee en el medio británico Telegraph.
El encargado de pilotarlo fue el veterano Andrew Wood y el escenario la última prueba del Campeonato Británico de Rallyes de 1986: el Rallye Audi Sport. La lista de inscritos era tan competida como cualquier otro año del certamen británico, liderando el pelotón el campeón mundial Stig Blomqvist con su Ford RS200 y su compatriota Kalle Grundel con una unidad similar. Junto al Astra 4S había varias unidades del Manta 400, así como del Astra GTE y diversos Vauxhall (Astra, Nova y Chevette). También entre los inscritos se encontraba el campeón nacional Mark Lovell y Colin McRae, que en aquel entonces finalizaba su primera temporada completa a los mandos de un Talbot Sunbeam TI de la categoría A2.
Wood acabó la prueba en cuarta posición, a cuatro minutos del ganador Blomqvist, a diez segundos del segundo clasificado Alistair Sutherland y su MG Metro 6R4 y a siete de Grundel, que acabó en tercera posición. Con otros Grupo B, por detrás de Wood quedaron John Brown (MG Metro 6R4), James Cullen (Nissan 240 RS), Vince Wetton (Opel Manta 400) e Iwan Roberts (Opel Manta 400).
Es necesario recordar que los Grupo S estaban destinados a tener menos potencia que los Grupo B – el Ford RS200 llegaba a tener hasta 450 caballos de potencia, mientras que el Lancia Delta S4 o el Audi Sport Quattro S1 E2 podían ser exprimidos hasta los 600 caballos sin problemas. Pese a ello, el Vauxhall, desarrollado sin el apoyo que dieron otras marcas durante esa época y en su primera aparición (fue además una unidad única en el mundo), fue capaz de estar a diez segundos de la segunda plaza.
Ya en la segunda vida de los Grupo B como armas de rallycross, John Welch convirtió su Vauxhall Astra en una unidad con turbocompresor BMW procedente de la Fórmula 1 y tracción total, superando los 600 caballos de potencia para luchar con los Ford RS200, MG Metro 6R4 o Lancia Delta S4. Montaba el mismo sistema X-Trac, accionado por una palanca que se movía de izquierda a derecha para repartir el par (izquierda para dar prioridad al eje delantero y derecha para el trasero).