La tensión crece en Hyundai. El encontronazo verbal de Thierry Neuville y Ott Tänak en el Ypres Rally de Bélgica marcó un antes y un después en la formación surcoreana. El estonio perdía tiempo con su compañero en la etapa del sábado. La caída de su ritmo la relacionó con un problema de transmisión, pero el belga puso en duda la realidad de ese contratiempo, diciendo que, si era cierto, a él solo le funcionaban tres cilindros.
El pasado Acrópolis Rally de Grecia vivió otro capítulo intenso entre los dos pilotos titulares de la estructura con base en Alzenau. El error que Kalle Rovanperä había cometido en la mañana del sábado otorgaba a Tänak una oportunidad única para seguir acercándose al finlandés en el campeonato de pilotos. Sin embargo, desde los altos cargos enviaron la orden de mantener posiciones, por lo que Neuville se llevó la victoria.
Tänak no se cortó en la meta del Power Stage. "La estrategia es buena dependiendo el punto de vista en el que la mires", espetó al término de la décima prueba del curso. El descontento del campeón del mundo de 2019 se remonta al inicio del año. Siempre se ha mostrado muy crítico con el rendimiento del i20 N Rally1. Incluso cuando le ha tocado celebrar triunfos, el báltico ha dejado varios recados en busca de más mejoras.
La incertidumbre en el futuro de un Tänak que nunca ha asegurado su continuidad en Hyundai abre la puerta al regreso a M-Sport. El deseo de Malcolm Wilson es contar en su alineación con un referente. Sébastien Loeb, si acuerda más participaciones con los británicos, estaría dentro de un programa parcial. Los resultados de Craig Breen tampoco aportan garantías a los de Cumbria. ¿Retornará el estonio a la que fue su primera casa?