Los últimos serán los primeros. Con esas cinco palabras se resume el Rally de Portugal de Andrés Marieyhara, que comenzó el fin de semana con el peor registro en la superespecial urbana de Coímbra. El uruguayo perdió medio minuto en un recorrido de menos de tres kilómetros. Con el paso de los tramos recuperó posiciones, situándose al término del bucle matinal en la sexta plaza, pero muy lejos de Diego Ruiloba.
El joven asturiano comandó la clasificación hasta que un pinchazo le hizo descender a la tercera posición. Este percance lo aprovechó el local Ernesto Cunha para situarse al frente de la general con una cómoda renta sobre su rival más próximo, un Marieyhara ajeno a problemas. Cuando el ídolo local se disponía a quebrantar la supremacía española, el desfallecimiento de uno de sus neumáticos frustró su intento.
Marieyhara remató de esa forma su remontada triunfal. Acompañado por Ariday Bonilla en el habitáculo de su Peugeot 208 Rally4, el sudamericano recoge los frutos de su inteligente planteamiento en un escenario mundialista. Cunha y Ruiloba completan el podio pensando en lo que podía haber sido. Las piedras, tan voluminosas como numerosas, les arrebataron sus opciones, aunque suman unos puntos importantes.
A la mayoría de representantes españoles les abandonó la fortuna en la tercera y última prueba del periplo luso de la monomarca. El título se complica sobremanera a un Óscar Palomo que volvió a retirarse por la rotura de un palier. El madrileño acumula dos pesados ceros en su contador personal. Roberto Blach también retorna a sus tierras con las manos vacías. Luchó por el podio hasta donde los pinchazos le pemitieron.