El municipio de Artenara acogió por enésima temporada la jornada de test colectivos del Rally Islas Canarias. Más de treinta equipos se desplazaron a los altos de Gran Canaria para comprobar el funcionamiento de sus mecánicas y adaptarlas al abrasivo asfalto insular. Nuestros representantes no quisieron desaprovechar la oportunidad de acumular kilómetros antes del comienzo de la acción en la tarde-noche del jueves.
Nil Solans rodó solamente en la sesión matinal, completando varias pasadas en las que hizo gala de su ritmo mundialista. A los mandos de un Volkswagen Polo GTI R5 completamente blanco, el catalán encadenaba curvas a un ritmo vertiginoso. Javier Pardo y Josep Bassas conocieron las reacciones de sus respectivos Skoda Fabia en un firme sobre el que todavía no han debutado oficialmente en el Campeonato de Europa.
El galo Yoann Bonato cambió su espectacular estilo de conducción del año pasado por uno más limpio y efectivo, similar al del austríaco Simon Wagner. Ambos arrasan en las rondas de asfalto de sus respectivos países, pero en el archipiélago el desafío es muy diferente. Los Alpine A110 RGT de Emmanuel Guigou y Raphaël Astier causaron sensación por sus impresionantes prestaciones. Habrá que tenerlos muy en cuenta.
En el capítulo de incidencias solo hubo que lamentar la de Igor Widlak. El polaco golpeó un guardarraíl con la parte frontal derecha del Ford Fiesta Rally3 en la primera manga que abordaba. La imprecisión del líder de ERC3 trastocó los planes de los mecánicos, que invirtieron el resto de la sesión matinal en reparaciones. En cuestión de unas pocas horas el artefacto de la firma del óvalo volvió a lucir su imagen natural.