En el Rally Dakar identificaron las debilidades de su montura, la más innovadora de las diseñadas para la disciplina hasta la fecha. Ya en la cita más exigente del planeta demostraron su velocidad de reacción. En la primera semana sufrieron numerosos problemas con los amortiguadores simples de los tres Audi RS Q e-etron. En la segunda apenas se reprodujeron y, dos meses después, no hay ni rastro de ellos.
El Campeonato del Mundo de Rally-Raid se reanudó la pasada semana con el Abu Dhabi Desert Challenge. A los arenales de la península arábiga regresó la formación de los cuatro aros con su piloto más ilustre, el francés Stéphane Peterhansel, que se enfrentaría a los dos principales protagonistas de la prueba anterior del certamen: Nasser Al-Attiyah y Sébastien Loeb. ¿Hasta donde llegaría la progresión de los alemanes?
Si en Arabia Saudí los problemas lastraron a 'Monsieur Dakar' desde los compases iniciales, en los Emiratos Árabes Unidos estos acosaron a sus rivales. En la etapa de apertura el catarí de Toyota dañaba la suspensión en un aterrizaje forzoso y el galo de Prodrive perdía más de una hora con una avería en el diferencial trasero. Un error de conducción y la mecánica apearon a dos de los favoritos de la lucha por el triunfo.
Con una ventaja próxima a los diez minutos sobre su perseguidor más próximo en la tabla, a Peterhansel le bastó con gestionar la diferencia en las cuatro especiales restantes para asegurar una victoria que confirma la validez del concepto del Audi RS Q e-tron para conquistar los desiertos. En su remontada con el Hunter BRX T1+ Loeb alcanzó el cuarto puesto, resultado con el que desbanca a Al-Attiyah del liderato del certamen.