La verdad es que después haberte presentado ayer una preparación tan radical, espectacular y seria, como ha sido el GReddy 35RX, o lo que es lo mismo, un Nissan GT-R llevado hasta los 1.250 CV, traer ahora esta creación de Vorsteiner sobre el BMW M3 E92 me resulta un tanto bochornoso.
La cuestión no es si el trabajo realizado por Vorsteiner en el exterior de este M3 es o no bonito, para eso están los gustos, y para eso hay preparaciones de todos los estilos y colores. La cuestión es que el tremendo ensanchamiento que recibe el BMW en sus aletas, y al que las taloneras y los faldones siguen fielmente (trabajo que por cierto, queda rematado magníficamente), no se ve reflejado en el resto del coche. Más concretamente en el apartado prestacional.
La única concesión que ha habido en este sentido recae sobre el sistema de escape realizado en titanio y firmado por Akrapovic, que en teoría consigue 22 CV extras. Una mejora instalada seguramente más por el nuevo sonido con el que rugirá el V8 del M3, que por la potencia adicional que consigue.
Es una pena que este GTRS3 se haya quedado a medio camino, pues la estética rompedora la ha conseguido, pero no casa con el resto de la preparación.
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