Si hay un coche en toda la gama Renault que menos conjuga con el apellido Sport, es el Twizy, pero parece que cuanto más extravagantes son algunas cosas, más nos gustan. Sería inexplicable sino la última creación del departamento deportivo francés, el nuevo Twizy Renault Sport F1.
Valladolid ha acogido la presentación de este pequeño engendro eléctrico con cuerpo de Fórmula 1. Su aspecto con alerones, taloneras y neumáticos propios de un coche de circuito ejerce una atracción sobre nosotros difícil de explicar.
Su loca apariencia se corresponde también con su descabellada configuración mecánica. Para hacer ganar potencia al eléctrico no se ha instalado ningún motor de combustión, sino un sistema KERS de regeneración de energía situado en el lugar del asiento trasero.
Así el motor eléctrico de 17 CV del Twizy puede contar durante 13 segundos con un apoyo extra de 80 CV. Un total de 97 CV que pueden lanzarlo hasta los 100 km/h saliendo desde parado en unos 6 segundos y llevarlo a 110 km/h de velocidad punta.
Todos los cambios han supuesto un aumento de peso de 90 kg, con lo que el coche se va a 564 kg. Un aumento a todas luces rentable si observamos las relaciones peso/potencia del antes y el después: en un Twizy convencional es de 27,8 kg/CV, mientras que en el Sport F1 es de 5,8 kg/CV.
Por supuesto estas cifras y las prestaciones se consiguen solo en los momentos puntuales en los que el KERS ofrece todo su potencial. Algo por otra parte difícil de conseguir a medida que las baterías se van agotando y con ellas, la capacidad de conseguir regenerar energía suficiente.
En definitiva, este aparato tiene más bien poco sentido, pero es que nadie lo creo con ese objetivo.