Si hay un coche que cumple a la perfección la regla de que para disfrutar de la conducción no hace falta tener un Ferrari, ese es el Suzuki Swift Sport. La marca nipona ha presentado en Frankfurt la última versión deportiva de su pequeño coche, que comenzaba a ser ya esperada con ansia por los aficionados. Si recuerdas, en RevistaScratch ya te dábamos un avance hace unas semanas.
Ahora que el coche ya está entre nosotros, lo primero en que nos fijamos es en su motor. Para la ocasión se ha recurrido al 1.6 litros ya conocido en el modelo anterior (descartando así cualquier posibilidad de utilizar un motor procedente del grupo VAG tras su alianza, ahora casi rota). La potencia aumenta hasta los 136 CV, 11 más que el modelo anterior y el cambio se encomienda a uno manual de seis velocidades en lugar de cinco. Gracias a ambas mejoras se han ganado prestaciones y reducido consumos. Ahora el pequeño Suzuki declara un gasto de 6.4 l/100 Km, mucho mejor que los 7.5 l/100 Km anteriores que se hacían un tanto altos para un coche de tan poco peso.
El diseño exterior del coche es muy parecido al anterior, algo lógico teniendo en cuenta la tremenda similitud entre las versiones básicas de ambas generaciones. De todas formas este tiene unas formas que hacen el conjunto mucho más armonioso con unas líneas que fluyen. No tiene el encanto de un Mini, pero es un coche muy atractivo. La agresividad del paragolpes y la calandra delantera, le da mucho carácter. A lo que se añade el difusor trasero con las salidas de escape a ambos lados, toda una seña de identidad del modelo anterior que ahora se conserva convenientemente actualizada. Las llantas siguen siendo de 17”, más que suficiente para un coche de su tamaño.
El interior sigue siendo muy serio y convencional para el tipo de coche que es, pero al menos su aspecto da una sensación de calidad mucho mayor que en el modelo anterior. Detalles metálicos aparecen en palanca de cambios, volante y pedales y, junto a las costuras de los nuevos asientos deportivos, le dan al interior el toque suficiente para diferenciar a este Swift del resto de la gama.
Pero si hay algo que importa en este coche por encima de todo lo demás, es su conducción. El anterior Sport se gano dignamente ser considerado un coche divertido de conducir y para no perder ese atractivo e incluso aumentarlo, la nueva versión recibe una serie de mejoras. Entre ellas la suspensión trasera de nuevo diseño, que busca aumentar la estabilidad en las curvas en la parte trasera. Con un incremento del recorrido de la suspensión delante y detrás, y un endurecimiento de los muelles delanteros, se consigue aumentar la estabilidad reduciendo el balanceo, según Suzuki. Para contribuir a esa mejora de la estabilidad, también va a ayudar el aumento de 50 mm en la distancia entre ejes (ahora es de 2.430 mm).
Con un equipamiento completo y repleto de airbags y controles electrónicos, el Swift Sport debería volver a convertirse en todo un referente entre los pequeños automóviles deportivos, que hacen de la relación diversión/precio su mayor baza.