Desde la desaparición del RX-8, el último Mazda con motor rotativo, los rumores acerca de la decisión de la japonesa sobre qué hacer con esa tecnología eran constantes. Unos decían que la abandonaría por completo y otros, que se encontraban inmersos en su desarrollo y mejora. Finalmente se ha confirmado que estos últimos tenían razón.
Mazda acaba de presentar en el Salón de Tokio el RX-VISION Concept, un deportivo de proporciones de pura sangre (mide 4,39 m de largo, 1,93 m de ancho y apenas 1,16 m de alto) y propulsión trasera, que esconde bajo su capó delantero un nuevo motor rotativo que se encuadra en la nueva familia de motores SKYACTIV-R.
Aunque no revelan ningún dato técnico, es lógico pensar que durante estos últimos años habrán trabajado para paliar algunos de los inconvenientes de estos motores, incrementando aún más sus ventajas. De ahí que lo vuelvan a poner sobre la mesa, con la clara intención de comercializarlo nuevamente.
Y si hay un coche que encaja a la perfección con un motor de este tipo, ese es un deportivo. El RX-VISION enamora a primera vista, es de suponer que tendrá una dinámica de primer nivel (Mazda sabe cómo hacerlo) y, con un motor capaz de subir de vueltas con la facilidad que lo hacen los rotativos, hará las delicias de los amantes de la conducción.
Por si alguien cree que retomar este tipo de motores es una locura, cabe recordar algunos datos. Como que su nacimiento se remonta a 1967 sobre el Mazda Cosmo Sport 110S, que del RX-7 se vendieron más de 800.000 unidades entre 1987 y 2002 y que consiguieron vencer en las 24 Horas de Le Mans de 1991 en el Mazda 787B.