El Range Rover es la niña bonita de Land Rover, y sus derivados como el Sport y el Evoque se han convertido en éxitos rotundos. No es de extrañar entonces que el nuevo Discovery vaya a seguir también sus pasos, pareciéndose a él en forma y en reparto de la gama.
Con el Discovery Vision Concept la marca nos muestra el aspecto que tendrá la próxima generación y nos dice además que a partir de él nacerá una familia de modelos, donde suponemos que habrá versiones más deportivas y urbanas, justo lo que demanda la clientela actual.
La anterior generación del Range y la actual del Discovery se caracterizan por sus formas cuadradas y rotundas. Un poderío que se ha conservado en los nuevos RR y RR Sport pero con unas líneas más suaves, que ahora se han trasladado al Discovery. En este se ven claramente las reminiscencias familiares además de en los paneles, en detalles como grupos ópticos y parrilla, pero sigue siendo un Discovery. El techo a doble altura con una clara separación de la parte trasera marcada por un gran pilar C, lo delata.
Para acceder al interior se han dispuesto unas puertas traseras de apertura suicida que, ante la ausencia de pilar B, dejan el habitáculo completamente al descubierto. En este nos encontramos con siete butacas plegables y desplazables longitudinalmente, que permiten crear diferentes configuraciones en las que se puede incluir hasta una mesa.
Una gran consola central rectangular domina el interior como en sus hermanos mayores, aunque aquí los mandos tradicionales se han sustituido por controles táctiles. Algo innovador en un coche, pero no tan sorprendente como el accionamiento de los intermitentes o la apertura de las puertas, que se activan mediante gestos.
Y es que la tecnología que luce este Discovery es de primer nivel. Por ejemplo las ventanillas y el parabrisas pueden hacer de pantallas mediante la proyección de información. Esto serviría para reflejar datos de la ruta o el lugar, y las imágenes captadas por las cámaras, haciendo posible lo que ellos han denominado como capó transparente. Sobre el parabrisas se proyectan las imágenes captadas por unas cámaras bajo el piso, que nos muestran por donde pisan las ruedas delanteras.
Otra innovación son unos laser que leen el entorno para sugerirnos el lugar más adecuado por donde pasar, seleccionando automáticamente la altura de la suspensión, el funcionamiento del cambio y la asistencia de la dirección en cada momento. Determinar la profundidad de vadeo de una zona, también es función de estos laser.
Y no solo veremos los laser desempeñando esas funciones, también se encuentran en los faros. BMW ha sido la primera marca en comercializar unos faros laser en su i8, Audi le sigue de cerca montándolos de momento en sus concept, y Land Rover acaba de sumarse a la lista.
Una última sorpresa, más de cara a la galería que otra cosa, es la posibilidad de conducir el coche desde el exterior con un mando o un smartphone. Desde luego haría las delicias de los más peques, con un ‘juguete’ que superará los 50.000 euros.