El 50º aniversario de Lamborghini está dando mucho de sí, hemos visto el espectacular Veneno, un coche casi único (solo se fabricarán 3 unidades) y de un diseño que no deja indiferente a nadie. Después conocimos un Aventador en edición limitada y ahora, vemos la última sorpresa de la casa: el Egoista.
Como su propio nombre indica se trata de un coche egoísta, creado para el disfrute de su único ocupante. Este va embutido en una cabina diseñada como el resto del coche, con los ojos puestos en el helicóptero de combate Apache.
El Egoista es un concept y se supone que no va a pasar de ahí, y por eso su diseñador, Walter de Silva, ha podido dejar volar su imaginación más de lo normal. El exterior es poco menos que indescriptible, con formas planas que imitan el diseño de las aeronaves de combate indetectables al radar.
Sus conjuntos de luces LED vuelven a hacer alusión a estos aparatos, con dos luces de posición de colores rojo y verde sobre su cúpula. Algo tan curioso o más como los paneles con la inscripción “Step here”, que señalan los lugares en los que hay que pisar a la hora de subir y bajar del coche.
Un ejercicio emocionante, que comienza al abrir su cúpula eléctricamente al más puro estilo de un caza. Sentados en su agobiante interior naranja cubierto por cristales antideslumbrantes del mismo color, no se sabe si uno está en un coche o en una nave de La Guerra de las Galaxias. El timón de mandos, el cuadro digital asentado sobre un salpicadero flotante y el cristal octogonal del Head up display harán dudar a más de uno.
Construido mayoritariamente en fibra de carbono y aluminio, no sabemos de qué base se ha partido, pero posiblemente haya sido de la de un Gallardo. El empleo del mismo motor 5.2 V10, así nos lo hace pensar. Aunque en el Egoista su potencia se ha elevado hasta los 600 CV.
Por ahora es un misterio que hará Lamborghini con este ejemplar único. Por sus últimas acciones, lo lógico es pensar que lo venderán a algún cliente especial por un precio igual de especial, pero tratándose de un modelo conmemorativo de los 50 años de la marca, tal vez sea indultado y permanezca para siempre en manos de sus creadores.