Mientras unos no dan abasto para satisfacer la demanda de sus adinerados clientes, como vimos el otro día en el caso de Land Rover, otros fabricantes de productos exclusivos como SRT se ven obligados a reducir su producción por la escasa demanda que tienen.
El último SRT Viper nació a principios de este año refinando al muscle car con un interior más cuidado y con la incorporación de algunos controles electrónicos de ayuda a la conducción. Pero nada más, el clásico aspecto bulboso y amenazante se perpetuaba junto a un enorme motor V10 atmosférico de 8.4 litros con 640 CV de potencia y 813 Nm de par.
Según los cálculos de Chrysler esa continuación del concepto sería una fórmula óptima para colocar unas 2.000 unidades anuales, pero algo ha debido fallar pues las ventas no están funcionando para conseguir acercarse a esa cifra ni de lejos.
Desde que comenzaron a entregarse las primeras unidades en abril de este mismo año se han vendido 426, mientras que los concesionarios acumulan un stock de 565. Para ir dando salida a tanto Viper estancado, la producción se va a reducir un tercio pasando de 9 unidades diarias a 6, con la esperanza de que lleguen tiempos mejores.
Esa esperanza se deposita en la llegada de la próxima primavera, cuando según el responsable de SRT, Ralph Gilles, mejoran las ventas de este coche. Gilles también señaló que: “Muchas personas se sienten equivocadamente intimidadas por el Viper. Tenemos que sentarlos en el coche para que lo conozcan”.
La propia SRT contribuirá a lograr ese objetivo cediendo unidades de prueba a los concesionarios, que se extienden por Estados Unidos y algunos países de Oriente Medio. Una buena idea, pero de momento las cosas no pintan nada bien para el clásico americano.
[Fuente: Automotive News]