Esta semana la serie de Drive sobre Koenigsegg se va a lo estético para explicarnos como es el proceso de algo, a priori tan simple, como el pintado de un coche. Pero como ya hemos ido viendo, detrás de cada parte de estos coches suecos hay un enorme trabajo.
Los paneles de cada Agera R se preparan al gusto de cada cliente en función de las zonas de fibra de carbono desnuda que vaya a llevar, para aplicar después hasta 7 capas de laca y pintura. Su grosor alcanza las 150 micras, 3 veces más de lo normal en un coche corriente, pero es que un Koenigsegg no tiene nada que ver con el resto.