Después de años (si, años) de adelantos e insinuaciones, el Honda Civic Type R por fin es una realidad. La versión definitiva se acaba de presentar en el Salón de Ginebra y aunque espectacular, trae luces pero también algunas sombras.
Para ser el compacto de tracción delantera más rápido del momento, Honda ha recurrido a la sobrealimentación (para decepción de algunos). Su motor 2.0 i-VTEC anuncia unos clamorosos 310 CV de potencia a 6.500 vueltas, con un régimen máximo de giro de 7.000 rpm y un par de 400 Nm disponible desde 2.500 revoluciones.
Con una caja manual de 6 velocidades y un diferencial autoblocante, el eje delantero consigue domar magistralmente la potencia para lograr una aceleración impropia de un coche con esa tracción, alcanzando los 100 km/h en solo 5,7 segundos. El Type R es un rebelde, y la mejor muestra de ello son los 270 km/h de velocidad máxima que alcanza, pasando de los políticamente correctos 250 km/h de punta de sus rivales.
Tanta potencia ha obligado a rediseñar la suspensión, no solo reforzando el eje de torsión trasero y recalibrando los amortiguadores de dureza variable. El esquema delantero McPherson tiene ahora un sistema de pivote desacoplado (como en el Opel Astra OPC), para evitar que las fuerzas de aceleración y frenada tengan efectos parásitos sobre la dirección.
Honda ha trabajado intensamente en el apartado aerodinámico para dotar al Type R de un buen agarre y una refrigeración acorde. Así el splitter delantero, los bajos carenados con final en un radical difusor y el muy generoso alerón (que incluye flaps en las aletas traseras), lo mantendrán pegado al suelo a alta velocidad. Mientras que las aletas delanteras con aberturas en su parte superior y lateral, evacuaran todo el calor sobrante del motor.
Seguro que en cifras no se puede negar el gran trabajo aerodinámico, pero visualmente sabe a poco después de los concept. Las aletas ensanchadas no se han integrado tan magistralmente en la carrocería con los faldones y las taloneras, el faldón delantero no es tan espectacular y el gran alerón trasero con luces, ha desaparecido. Sigue siendo muy radical, pero no llega a la altura de lo esperado.
Si se han mantenido los 4 enormes tubos de escape y unas preciosas llantas de 19 pulgadas con neumáticos 235/35. Estas dejan a la vista el conjunto de frenos, que delante cuenta con discos perforados de 350 mm y pinzas de 4 pistones firmadas por Brembo.
En el interior unos extravagantes baquets forrados en alcántara rojo y negro son sin duda lo más llamativo. El resto mantiene la cordura, con notas diferenciadoras como el botón +R, que modifica la respuesta del acelerador, la dirección eléctrica y la amortiguación (la hace un 30% más rígida).
El equipamiento puede enriquecerse notablemente con el denominado GT Pack, que además de unos acentos exteriores en rojo, incluye sensores de aparcamiento, sensores de luces y lavaparabrisas, navegador, detector de objetos en el ángulo muerto, aviso por cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico y frenado de emergencia, entre otros.
Este es el coche con el que Honda quiere robarles el protagonismo en Nürburgring a los León Cupra y Megane RS Trophy. Y según cuentan lo va a conseguir, pues el modelo de desarrollo ha rodado en 7 minutos y 50,63 segundos. Habrá que ver el tiempo del modelo definitivo, pero parece que Nürburgring ya tiene nuevo rey de tracción delantera.
Precios del Honda Civic Type R.