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Mini ha lanzado la versión descapotable del tope de gama Cooper JCW, el Mini John Cooper Works Cabrio. La gama de la marca del Grupo BMW queda aún más completa con la llegada de este modelo, que mantiene intacta la mecánica vista en la versión de techo duro meses atrás.
Como es de esperar, el 2.0 Turbo de cuatro cilindros permanece con unos 230 caballos de potencia (228 según la casa Mini), el mismo propulsor que utilizan el Cooper S y el Cooper S cabrio pero con casi cuarenta caballos más. El par máximo es de 320 Nm, mientras que la caja de cambios puede ser o bien una manual de seis marchas o una automática Steptronic de seis marchas. Este Mini JCW Cabrio es capaz de alcanzar una velocidad punta de 250 kilómetros por hora, acelerando de 0 a 100 en 6,6 segundos (6,5 con el cambio automático).
La mayor desventaja con respecto al JCW hatchback son los cien kilogramos extra, algo que se nota en el manejo pese a los avances en el chasis y en los dispositivos electrónicos que regulan la suspensión. Incorpora un diferencial electrónico delante, muelles dinámicos, frenos Brembo y los pequeños ensanches en los arcos delantero y trasero – la capota en sí funciona y está fabricada de manera similar al de otros vehículos de Mini.
En el interior del vehículo también se mantiene la misma tónica, con diversos detalles (volante de cuero o el pomo de la palanca de cambios) que diferencian a los modelos JCW del Cooper S, el Cooper normal o el modelo base, el Mini One. Las llantas de diecisiete pulgadas, aunque tal como afirma el medio Top Gear también están como elemento opcional unas de dieciocho.