Durante 2024, Audi trató de darle un giro radical a su forma de organizar los modelos. Los modelos pares iban a ser los coches eléctricos, como los A4, A6 y A8, así como los actuales Q8 e-tron y Q6 e-tron, mientras que los de combustión, gasolina o diésel (metiendo de por medio cualquier tipo de sistema híbrido, por supuesto) iba a llevar un número impar. Esta era la idea original y de hecho comenzaron llevándola a cabo con el nuevo A5 con motores de combustión, que en teoría debía reemplazar tanto al A5 de la generación anterior como al A4, ya que este se reconvertiría en un coche eléctrico (que, además, sentaría las bases del futuro Golf eléctrico previsto, en principio, para 2029).
No obstante, los de Ingolstadt han decidido dar marcha atrás. La nomenclatura ‘eléctricos pares, combustión impares’ no va a mantenerse por más tiempo, volviendo a una nomenclatura numérica a la que sus clientes están mucho más familiarizados. Los números serán la representación del tamaño y no del tipo de motor. Vamos, como se ha hecho toda la vida, por así decirlo.
Por supuesto, la diferenciación entre los modelos A y Q sigue estando vigente. Es decir, los SUV seguirán siendo Q2, Q3, Q5, Q6, Q7 y Q8 como hasta ahora y los sedán y sportback serán los A1, A3, A4, A5, A6, A7 y A8. Lo sentimos (aunque no mucho) por los fans del A2, que sigue sin encontrar su hueco en el mercado tras aquel intento de monovolumen compacto a principios de este milenio. El hueco sigue sin existir, puesto que en realidad ya lo ocupa el Q2.
Es decir, veremos coches eléctricos y de gasolina bajo una misma nomenclatura, ya sean e-tron, TFSIe, TFSI o TDI. Seguiremos teniendo las denominaciones Avant, Sedan y Sportback. El Audi A6 de combustión que se presentará el 4 de marzo será el primer modelo donde esto se refleje, contando tanto con versiones familiares A6 Avant TFSI y A6 Avant e-tron, este ya presentado en diciembre de 2024.