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A finales del pasado mes de noviembre Ford mostró las primeras imágenes del Ford Fiesta, el cual está destinado a las carreteras de todo el mundo a partir de julio de 2017. La marca americana ya enseñó además los cuatro acabados distintos del que dispone uno de sus mayores éxitos en términos de ventas: Zetec, Titanium, el ‘Premium’ Vignale, el Active y el acabado deportivo ST-Line.
Para empezar, Ford ha querido mantener los aspectos clave del Fiesta – el manejo y buena parte de la motorización de la generación continúan en esta, utilizando la misma plataforma. Por fuera, el diseño se ha vuelto más simple (el pilar A se ha retrasado para alargar el capó mientras que los propios pilares llevan más acero de alta resistencia para mejorar la seguridad) a la vez que más iluminado: la mayoría de las versiones cuentan con LED en distintos puntos del coche.
Pero el gran cambio reside en el interior, donde se ha conseguido un cuadro de mandos más sencillo de manejar y más colorido con respecto al anterior – el único coche de la alineación actual que mantiene ese diseño es el Ka+. El coche puede conectarse tanto a sistemas iOS y teléfonos Android así como ejecutar aplicaciones como Spotify, Aupeo o Glympse, según Top Gear. Los topes de gama incorporan además pantalla táctil de ocho pulgadas (los normales tienen una de seis y medio, mientras que el básico cuenta con una pantalla de color de 4,2). Los asientos delanteros provienen del Focus, pudiendo deslizarse más distancia y regular la altura de manera que el coche sea aún más cómodo para viajar.
Los modelos normales del Fiesta son el Titanium y el Zetec, el acabado Vignale apunta a los usuarios que quieran una experiencia más Premium, el Active añade un toque crossover al Fiesta y el ST-Line se encarga del toque deportivo del supermini, asomándose a la ventana que se espera que ocupen en unos años las versiones ST o RS como en generaciones anteriores. Todos ellos cuentan con diferentes parachoques, parrillas y faros antiniebla, además de acabados de interior propios, marcando una diversificación dentro del propio mercado de los supermini.
El Active tiene unos reglajes de suspensión particulares y una altura diecinueve milímetros mayor (además de contar con plástico negro en la parte baja de la carrocería) mientras que el ST-Line lleva su suspensión propia, más baja y rígida que el resto de la gama. Las llantas de base son de dieciséis pulgadas salvo en el ST-Line y en el Vignale, que se elevan hasta las dieciocho pulgadas – en comparación, el ST200 actual cuenta con unas de diecisiete.
Los motores EcoBoost tricilíndricos de 100, 120 y 140 caballos se mantienen en la gama, cayéndose el clásico 1.2 a favor de un nuevo 1.1 de aspiración natural (también tricilíndrico) con 70 u 85 caballos. Aquellos que prefieran la versión diesel continúan teniendo el 1.5, pero rindiendo ahora 85 caballos además de una nueva versión con 120 caballos. En lo que a cajas de cambios se refiere, de serie viene con seis marchas manual para los normales y cinco manual para los 1.1 gasolina – el EcoBoost de 100 caballos añade como incentivo una automática de seis marchas.
De cara a 2018 Ford ha anunciado mejoras: los EcoBoost tendrán un sistema de desactivación de cilindros para contribuir al ahorro de combustible. Ahora bien, sus cifras oficiales de consumo serán más elevadas debido a que a partir de 2017 se pasará del test NEDC (donde se probaba en condiciones de conducción irreales) al ciclo WLTP.
El punto fuerte del Fiesta, el chasis, también ha recibido mejoras, con mayor rigidez en el eje delantero y una fricción menor en la dirección, así como una barra de torsión trasera relacionada con el Fiesta ST200 que apareció en el mercado meses atrás. Los Fiesta con más de cien caballos tendrán frenos de disco en el tren trasero en lugar de frenos de tambor como hasta ahora.
El nuevo Fiesta también cuenta con más facilidades a la hora de conducir con sus dos cámaras y doce sensores, que se combinan para detectar obstáculos diferentes a una distancia de hasta 130 metros o el sistema de aparcamiento asistido. Otros sistemas presentes en el modelo de Ford son el control de crucero, asistente de carril y alerta de ángulo muerto.
En definitiva, el superventas de la marca del óvalo continúa siendo la referencia a tener en cuenta en su segmento, siendo además la continuación de un mito que acumula ya cuatro décadas de éxito tanto en las carreteras como en competición. Sin ir más lejos, el equipo M-Sport ha basado en esta nueva generación su próximo Fiesta RS WRC para el Campeonato Mundial de Rallyes de 2017.