Preparaciones hay muchas, y que usen a los Porsche 911 como base las hay a montones, pero pocas alcanzan las cifras del último 9ff GTurbo 1200. Derivado de un GT3 997, el 911 alcanza en esta ocasión una de las cifras de potencia más altas que haya registrado un 911 homologado para circular por la calle, con unos espectaculares 1.200 CV.
El mérito de todo esto se debe en gran parte al turbo Garrett GT1200R que se añade al motor bóxer del GT3, que algún retoque interno ha recibido también ya que aumenta su cilindrada de los 3.8 a los 3.9 litros. La potencia se puede regular en 3 niveles en función de la presión del turbo, que puede soplar a 0,8, 1,2 o 1,6 bares, variando la potencia entre los 600 CV y los 1.200 CV máximos con un par de 1.150 Nm.
Con la misma potencia que un Bugatti Veyron Super Sport, el GTurbo 1200 de 9ff es también capaz de alcanzar una velocidad máxima impresionante de 403 Km/h, no quedándose muy lejos de los 415 Km/h del Super Sport. Aunque su aceleración de 3,3 segundos en el 0 a 100 Km/h se aleja de los 2,6 segundos del francés, y sabe a poco teniendo en cuenta los 3,4 segundos que necesitaba un 911 Turbo 997 de 500 CV.
Pero es que como buen GT3 del que deriva, el GTurbo 1200 mantiene la configuración de propulsión trasera. Su cambio manual de 6 velocidades con engranajes reforzados envía toda la potencia al eje trasero, que cuenta al menos con un diferencial de deslizamiento limitado y una horquilla reforzada.
Y es que los cambios en el GT3 han sido mínimos. Tan solo una nueva suspensión ajustable firmada por 9ff y Bilstein, estabilizadoras ajustables y frenos cerámicos PCCB provenientes del GT2 con pastillas de alto rendimiento. Incluso las llantas de 19 pulgadas son las de serie del GT3.
Sin cambios tampoco a nivel aerodinámico, este 9ff mantiene intacta la esencia del 911 huyendo de artificios. Algo de agradecer en ocasiones, aunque cuando se ronden las velocidades máximas del aparato quizás se agradecería un conjunto aerodinámico que le diese más aplomo.