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Jari-Matti Latvala se prepara para el Rallye de Montecarlo, donde se estrenará como piloto de Toyota a la vez que representa a la marca en su retorno al Campeonato Mundial de Rallyes. El que hasta hace unos meses era piloto de Volkswagen no espera grandes resultados durante la primera mitad de la temporada.
Latvala ha completado un total de doce jornadas de test: siete sobre asfalto, cuatro sobre nieve y tan solo uno sobre gravilla, justo después de ser presentado de manera oficial como piloto del equipo de Tommi Mäkinen. Como todos los pilotos del WRC no se atreve a valorar el potencial de su coche con precisión, dado que todos llegan con modelos nuevos y sin haber visto de primera mano de lo que la competencia es capaz de hacer en los tramos.
“Hace dos meses nunca me hubiera imaginado estar en el Rallye de Montecarlo con Toyota, esto es muy emocionante. En total he hecho doce días de pruebas: cuatro sobre nieve, uno sobre gravilla y siete sobre asfalto. Es una buena cantidad de test y hemos dado pasos útiles en este tiempo. El coche parece fuerte pero en términos de rendimiento es complicado decirlo ya que todo el mundo viene con coches nuevos”, declaró el finés.
“Montecarlo es tan impredecible que no es buena idea marcarse objetivos: en 2015 no tenía ningún plan y acabé segundo, en 2016 quería un podio y acabé cometiendo un error. Para todos los pilotos Montecarlo es estresante por todos los factores desconocidos y elección de neumáticos, pero cuando cruzas el podio final enfrente del Palacio Real el domingo es uno de las mejores sensaciones de este deporte”, añadió Latvala.