El desastre de Manx

Twitter (@TheDDuran)

El Rallye Isla de Manx era este año el gran final del Campeonato Británico de Rallyes, puntuando por separado cada etapa y decidiendo quien se llevaría el título entre Fredrik Ahlin, Matt Edwards o Keith Cronin. Cronin, piloto de M-Sport, se llevó el título al triunfar en la segunda etapa por una sola décima sobre Edwards, pero aún así no fue un rallye agradable para muchos.

El principal problema es la falta de comisarios y personas necesarias para la organización del rallye, siendo una cantidad insuficiente para la envergadura de un rallye que llega a durar hasta cuatro días, contando con un shakedown que se hace un miércoles. En años anteriores había marcas de tabaco que podían cubrir los costes y traer suficientes comisarios, pero este ya no es el caso – para esta edición se trajeron 60 comisarios de Gran Bretaña, según Motorsport News.

El primer tramo que trajo disgustos fue el TC-12, en el que se produjeron retrasos porque un observador de la FIA no estaba convencido de la seguridad de una parte del tramo. Pero el gran problema vino en el TC-15: los encargados de controlar la zona de llegada se marcharon de su puesto ya que no veían que el sitio estuviera adecuado como debiera. Esto hizo que Paul Farley, uno de los conductores de los coches de seguridad, tomara el puesto y operase la zona por su cuenta.

Mientras tanto, los pilotos estaban esperando en la salida, con los coches inertes – y lo que es peor, con los neumáticos enfriándose – hasta 50 minutos. Todos ellos querían que se cancelase el tramo por seguridad, pero la organización les dijo que si no salían, serían mandados a Superrally. Ahlin, que lideraba el pelotón, hizo un trompo que le acabó costando el campeonato entero.

“No tengo nada bueno que decir acerca de este rallye: se hace llamar evento internacional. Estuvimos parados durante 50 minutos, todos los pilotos decían que se cancelase el tramo por motivos de seguridad. Ni siquiera estuve yendo a fondo, pero tenía los neumáticos fríos. Tienen un par de cosas que aprender en esta isla”, declaró Ahlin. Edwards, por su parte, aseguró que: “Fue de coña, nada seguro – unos organizadores que te dicen que o entras al tramo o pierdes el rallye. Eso no es bueno.”

El jefe de Ahlin, Martin Wilkinson, mostraba aún más descontento si cabe: “Es el peor rallye en el que he estado involucrado. Es una decepción que haya comisarios que no entran en razón y no hablan con ningún equipo experimentado. Es una burla para el deporte en el que estamos.”

“He visto chicos con el corazón partido porque si el rallye se hubiera llevado de manera apropiada, correcta, a tiempo y sin problemas, o se hubiera escuchado a los participantes, todos hubieran estado más cerca y hubiera habido menos incidentes. Si sigue en el calendario el año que viene, CA1 no va a ir”, añadió Wilkinson, máximo responsable de CA1 Sport y que trabajó para M-Sport en el Mundial de Rallyes en la era de Carlos Sainz y Colin McRae.

En el TC-20 también hubo problemas, con un rebaño de vacas y varios problemas más que ocasionaron que se parase el tramo en al menos dos ocasiones – al final el rallye y el campeonato fueron para Cronin, beneficiado por un problema de pérdida de potencia en el Fiesta R5 de Edwards. Por ahora el Isla de Manx es la penúltima prueba del calendario de 2018 (la última será el Rallye de Gales), pero el calendario está en fase de borrador y podría ser sustituida.