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Aún sin haber terminado el 2019, Ogier ya se había subido en el Toyota Yaris WRC. Será su nueva arma de trabajo en 2020 y Toyota será su nuevo equipo. Después de las primeras jornadas llevadas a cabo, el piloto francés se ha mostrado satisfecho con el rendimiento del coche asiático. Una montura en la que todavía deberá trabajar para adaptar a su estilo de conducción pero que en la primera toma de contacto ya le ha dejado buen sabor de boca.
"El coche visto desde fuera parece bien desarrollado y fácil de guíar y esto se confirmó cuando me subí al volante. El coche responde bien y tuve un buen set-up, la base es muy válida", confesó el piloto galo al medio italiano Autosprint. El ex-piloto de Citroën pudo tener unas primeras sesiones de cara a Monte Carlo, aunque también ha revelado que tendrá más días de cara a afinar unos reglajes más propios de la carrera del Principado.
"Mi primera impresión fue buena, fuimos muy bien recibidos por un equipo motivado. El ambiente es excelente y en breve ya conocimos lo primordial. Nunca trabajé con Tom Fowler, el director técnico, y además hay dos ingenieros que ya conozco, porque estuvieron en Citroën y M-Sport. También hay mecánicos que trabajaron con nosotros en el pasado", añadía el piloto francés.