Reducir la velocidad. Desde la llegada de los actuales World Rally Cars en 2017, el incremento de la velocidad media ha obligado a los organizadores de las pruebas del Campeonato del Mundo a idear soluciones para reducir los riesgos de rodar a este ritmo tan elevado.
Desde hace años hemos visto en diferentes pruebas, mayoritariamente las rápidas como pueden ser Suecia, Finlandia o Polonia -cuando formaba parte del calendario-, la introducción de chicanes artificiales que obligan a los pilotos a minorar drásticamente la velocidad.
Este es el caso que viviremos en esta edición del Rallye Monte-Carlo. Después del espectacular accidente que sufrieron Ott Tänak y Martin Jarveoja en la pasada edición tras salirse con su Hyundai i20 Coupé WRC en una curva a izquierdas súper rápida a más de 180 km/h.
Afortunadamente todo quedó en un susto, pero los organizadores han tomado la buena decisión de evitar otro suceso como este apara este año. De este modo y tal como podéis ver en la imagen que encabeza este artículo, se ha introducido una chicane artificial en el lugar del accidente. Cuando hablamos de seguridad, no hay pero que valga, ya que debe ser lo más importante para todos los que compiten en una prueba de esta bonita especialidad.