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El Rallye de Australia de 2016, última prueba del Campeonato Mundial de Rallyes, no contará con tramos disputados a la luz de los focos. La prueba, que se celebrará entre los días diecisiete y veinte de noviembre, se alargaba hasta la caída del sol hasta la edición de 2015.
El principal argumento, según escribe Martin Holmes en Autosport, es el cambio de fecha: el noviembre de las antípodas cae en los meses de verano, alargando las horas de sol con respecto a la anterior fecha fijada durante el mes de septiembre. Aunque no se trate de un horario compacto (tampoco es que retome la longevidad de los rallyes de décadas pasadas), las horas de sol deberían ser suficientes como para disputar de día los bucles de cada jornada.
Ahora bien, las quejas del año pasado con respecto a la seguridad también están relacionadas con este hecho. El británico Kris Meeke fue mordaz a este respecto cuando observó cómo la mezcla de la noche con el polvo en suspensión característico de la prueba se unían en una falta de visibilidad que hacía cada curva una incertidumbre, lo cual fue respondido en persona por la ex piloto y ahora mánager del WRC Michele Mouton.
Meeke también ha comentado hace apenas unos días que los pilotos estaban enfadados porque creían que este año también habrían tramos nocturnos (crispación aumentada desde que vieron el aspecto de los tramos del Rallye de Suecia. No obstante, el presidente del comité organizador de la prueba Ben Rainsford ha desmentido estos datos, declarando que la fecha de noviembre permite que para cuando caiga la noche los pilotos ya se dirijan hasta el service.