Si la Covid-19 no hubiera existido, el pasado fin de semana el circuito de Knockhill en Escocia hubiese sido el escenario de un gran homenaje a Colin McRae. Estos días se cumplen 25 años de la consecución del título mundial del piloto escocés y por la pandemia este evento se tuvo que cancelar para evitar contagios.
Pese a ello, los organizadores encontraron una buena forma de rendir un especial tributo a la figura del mítico piloto británico y lo hicieron con un camión. Sí, un camión pintado para la ocasión recordando los mejores momentos de la carrera deportiva de McRae.
La máquina, propiedad de la empresa James Gibb’s 5 Star Vehicle Deliveries, es una delicia y el resultado es simplemente espectacular. El visto bueno se lo dio el propio Jimmy McRae, padre de Colin, que asistió al evento con el Subaru Impreza 555 con el que su hijo se proclamó campeón del mundo hace un cuarto de siglo.
En este sencillo y emotivo homenaje al piloto fallecido en 2007 por un accidente de helicóptero, también asistió el último piloto de rallyes surgido del clan McRae. Se trata de Max, hijo de Alister, el sobrino de Colin ha iniciado su andadura en la especialidad que ha hecho famosa a su familia y, de momento, compite en su Australia natal a la espera de ir escalando en la pirámide al éxito.