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De vuelta al pasado. En los años ochenta, los centros de recreativos eran muy populares entre los jóvenes de la época. En aquellos lugares siempre encontrábamos los arcaicos simuladores de videojuegos clásicos como Sega Rally, casi tres décadas más tarde, Codemaster se ha propuesto rendir el mejor homenaje a aquellos títulos que tanto nos hicieron disfrutar lejos del maravilloso mundo de la simulación pura y dura.
Dirt 5 es una auténtica oda al Arcade. Para los puristas del simracing, sería un título sin más, al que le dedicarán más bien poco, ya que no tiene nada que ver con los videojuegos y simuladores de rallyes de los que podemos disfrutar desde hace unos años.
El nuevo Dirt 5 brilla por todo lo contrario, quiere ser un juego para todo el mundo, donde no necesitas ser un experto al volante ni tener un bacquet de miles de euros para que la partida te saque una sonrisa de oreja a oreja. Esa es la clave, es la recreación de los míticos videojuegos arcade de toda la vida en pleno 2020, con lo que a nivel de detalles y estética se refiere. Además, este título también llega de la mano de la nueva generación de consolas, todo un plus.
A nivel de contenido, Dirt 5 recupera a los Dirt 2 o 3 de hace más de una década, con múltiples y variopintas disciplinas: rallyes, rallycross, raids, buggies, etc. Todo un sinfín de coches de todo tipo para recorridos de toda clase. En total, 70 rutas, diez países y trece clases de vehículos diferentes, ahí es nada.
A destacar, algunos coches de rallyes que hemos visto con anterioridad en la saga de Dirt dedicada a esta especialidad como los Peugeot 306 Maxi, Mitsubishi Lancer o los más nuevos Skoda Fabia R5. También están muy bien recreados los TT, entre los que podremos emular a Carlos Sainz con los Volkswagen Race Toureg o MINI John Cooper Works.
El modo historia, como en todos los Dirt clásicos, es inmenso, muy divertido y extenso por todas sus variantes que van surgiendo a lo largo de la carrera que iniciamos como piloto. Bien es cierto que los vídeos de introducción y, sobre todo, los diálogos, son previsibles y monótonos, pero nada que no se solucione saltando la escena y yendo directo a lo que queremos: correr.
Y es que, a modo de conclusión, Dirt 5 es simplemente eso: correr y divertirse. No tiene ningún tipo de afán en ser un simulador, su temática, sus físicas y, por encima de todo, su imagen es únicaen este momento donde los videojuegos de conducción son cada día más perfectos en el lado opuesto. Este es un videojuego para sonreír, pasarlo bien con los hijos o los amigos y desconectar un rato de la ajetreada vida que vivimos.