Un auténtico calvario para alcanzar la gloria. Si nada lo impide, mañana Oliver Solberg concretará el exitoso debut en competición del nuevo Hyundai i20 N Rally2 imponiéndose en el WRC2 en el Rallye de Ypres. Pero antes de ello, el sueco ha tenido que sufrir hoy como una cosa mala para llevar su coche al final de la segunda etapa.
Desde el inicio del día ha padecido problemas con la dirección asistida del coche coreano, lo que ha dejado completamente exhausto al hijo del campeón del mundo de rallyes de 2003, que ha llegado baldado a la meta de la última especial en una jornada en la que su copiloto ha tenido que ir tirando de freno de mano en las curvas que su piloto le decía al no tener energía para mover el volante. Increíble.
La fortuna de Solberg ha sido que su compañero de equipo en Hyundai Motorsport, Jari Huttunen, ha sufrido un pinchazo esta mañana que le ha dejado a un mundo del sueco. La diferencia entre ambos al final de la etapa es de más de tres minutos y medio, mientras que el tercer clasificado, Nikolay Gryazin está todavía más lejos tras reengancharse hoy a la prueba belga. El ruso ha protagonizado una de las anécdotas del día, cuando él y su copiloto se han equivocado en el enlace al primer tramo de la tarde, “perdiéndose” y yendo en dirección a una de las especiales disputadas ayer.
En el WRC3 la pelea por el liderato es máxima. El belga Sébastien Bedoret ha logrado recortar diferencias con Yohan Rossel para terminar el día como líder de la clase de bronce del Mundial con su Skoda Fabia Rally2 Evo. Eso sí, mañana se jugarán el triunfo a cara de perro, ya que los dos están separados por tan sólo nueve décimas de segundo. El tercer lugar en esta categoría lo ocupa el también belga Pieter Cracco con otro coche checo a 23.3 segundos de la cabeza de su clase.