Hoy os hemos reservado un auténtica ‘delicatessen’, solo apta para los paladares más exigentes del Motorsport. Jamás había competido un automóvil como este… y será prácticamente imposible volverlo a ver. Comparado con este sabroso león del desierto, el resto de artilugios mecánicos que os hemos presentado, son de lo más normales.
Coincidiendo con el décimo aniversario de su mítica actuación en la edición de 2009, recordamos la figura de la freidora -rodante- de patatas fritas. Así como suena. Se trataba de un Toyota 4x4 modelo pick-up en cuyo espacio de carga se instaló el típico puesto de comida ambulante. En definitiva, un templo culinario dedicado al citado manjar.
La idea partió de Hervé Diers, propietario de la empresa Chti Friterie. Este intrépido belga, tan apasionado como el resto de sus compatriotas por el famoso tubérculo, que importamos los españoles desde América, quiso homenajear a su producto estrella. Y pensó que para ello, nada mejor que hacerlo en la prueba más dura y famosa del mundo.
Aunque parezca un hecho milagroso, logró finalizar la prueba en Buenos Aires el 28 de enero en una más que meritoria 58ª plaza. Pero al margen de su gesta deportiva, se ganó el respeto y cariño de todos los participantes del raid por otro motivo. Al finalizar cada etapa, Hervé freía ingentes cantidades del famoso tubérculo, que después repartía entre todos los competidores.